Chicotazos

  • Estrategia fallida

Por Francisco Javier Flores V.

Pretender hacerse de popularidad o ganar simpatías colgándose de la imagen o hablando mal de otra persona, y más cuando se trata de un rival, nunca ha sido buena idea.

Las preferencias en las encuestas nacionales no cambiaron tras el primer debate presidencial, en donde la candidata opositora Xóchilt Gálvez se dedicó a atacar a la abanderada del partido en el poder, Claudia Sheinbaum.

Dos puntos subió Xochilt, Claudia perdió uno, pero la diferencia entre ambas aspirantes siguió siendo muy marcada, con clara ventaja para la segunda en todas las mediciones, algunas incluso concediéndole más de veinte puntos, lo que a éstas alturas se antoja inalcanzable.

Esto parecen no entenderlo en el ámbito local, sobre todo en el equipo de quien ha pretendido engañar con el garlito de las encuestas a modo, el candidato a alcalde de Acapulco por el partido Movimiento Ciudadano.

Enfocado casi por completo en descalificar a la alcaldesa con licencia y candidata de Morena, Abelina López Rodríguez, el candidato naranja no se da cuenta que con sus ataques cada vez la hace más fuerte, en tanto sus aspiraciones se van desvaneciendo y muchos que simpatizaban con él poco a poco se han ido alejando al constatar que su discurso es hueco, cargado de mentiras y frustraciones, destilando más odio que propuestas.

Lo peor de todo, para él, es que sigue jugando a la encuestitis, apuesta que no le funcionó con el partido Morena y no le funcionará con el instituto electoral de Guerrero.

Al final, serán las urnas las que lo ubiquen nuevamente en su realidad, aunque esta vez ya sea demasiado tarde.

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