- Abelina en su ínsula barataria
Por Ernesto Rivera Rodríguez
Abelina sigue mostrando la turbiedad de su intolerancia, de su rencor producto de sus propios exabruptos que la han puesto en en el candelabro de los señalamientos sociales, lejos de la atención ciudadana que como alcaldesa debiera tener escondida en los pasillos resbaladizos de su ideología denominada 4a Transformación que ella representa con sus peores paradigmas de No mentir, No engañar y No robar. Estos convertidos en estereotipos de su función como alcaldesa de Acapulco.
La alcaldesa de Acapulco a llegado a el extremo de tomar sus decisiones y ponerlas en el tapete de la mayoria ociosa del Cabildo Municipal, como un producto de que «muchos» lo piden respecto a la construcción de un nuevo kiosco. La alcaldesa a entronizado en sus decisiones no al pueblo sino a la muchedumbre, y como aplica Polibio a la OCLOCRACIA!!!
En tanto desde su Insula Barataria, volvió a arremeter contra la ex alcaldesa Adela Román Ocampo, a quién sin presentar prueba alguna señala de actos de corrupción y mal uso de recursos públicos, en un temerario afán propagandístico a falta de cumplir con las demandas y exigencias ciudadanas.
Si «muchos» como lo expresó solicitan la construcción del kiosko, son decenas de miles, y mucho más que eso los que le exigen agua, seguridad, servicios, atención a las comunidades abandonadas y no se esconda en señalar la herencia de los problemas y con ello culpar al pasado en este caso a Adela Román Ocampo de su incompetencia, de su incapacidad de gobernar, que hoy esta probado que como Sancho Panza lo único que busco al hacerse elegir fue ese minúsculo «poder» que le quedó muy grande y de acuerdo a sus propias palabras, ha convertido a Acapulco en un «tráiler sin chófer». Pero contrario a su necedad, los acapulqueños si sabemos quién lo hecho a andar, y tendrá que asumir las consecuencias.