Epístolas Surianas De Julio Ayala Carlos

Amlo y Abelina. Abelina y Amlo
• Callarse o contratar asesores

LO DICE EL REFRÁN POPULAR Y QUIENES LO SABEN. ¡Si no sabes del tema, mejor cállate!, y otro más: ¡calladito te ves más bonito!, en vez de hacer el ridículo. Por desgracia, esto es lo que menos hacen nuestros gobernantes y políticos que en actos oficiales, conferencias o entrevistas, hablan de todo, incluso sin saber del tema y sin dominarlo, cayendo en el ridículo, en la burla e incluso en el desprecio y la vergüenza ajena. Y es que suponen que por ser autoridades y figuras públicas, empezando por presidente de la República, lo saben todo, y peor aún, son infalibles en lo que dicen.

Así lo hace y se conduce Andrés Manuel López Obrador desde sus mañaneras, como está documentado, y así lo hace también en Guerrero, y más concreto en Acapulco, Abelina López Rodríguez, quien parece está en franca competencia, no en el arte de gobernar como presidente municipal, sino en abrir la boca para decir o responder a cuanta cosa le pregunten. Ciertamente dan pena y hasta vergüenza ajena, no sólo porque reflejan la capacidad que tienen, sino porque también nos representan como autoridades.

Por supuesto que los gobernantes y políticos tienen que saber de todo, y en su caso informar o responder sobre un tema en particular, y en este sentido, por supuesto es que deben tener asesores para ello, es decir, para que les informen, para que los orienten sobre el tema específico, para que los capaciten, o para que salgan a informar o responder de manera oficial, cuidando así la investidura que tienen. Sin embargo, se avientan como el Borras, y porque la lengua no tiene hueso para decir barbaridades.

Y, como decíamos, no sólo causan vergüenza y son objeto de burlas, a pesar de que están convencidos de lo que dicen, aunque después se quejen del trato que reciben, sino que muestran lo que verdaderamente son, es decir, con capacidades limitadas, ignorantes e irresponsables por decir lo menos. Muestran pues el tipo de autoridades que se tiene, sin que ello tenga que ver de dónde se viene, o de que si fuiste humilde y pobre.

Del presidente se entiende, aunque no se justifica, pues tardó 16 años para concluir una carrera universitaria, pero la alcaldesa porteña no sólo tiene una Licenciatura, sino también una Maestría e incluso un Doctorado, y entonces uno se pregunta ¿qué carajos aprendió? ¿O es que acaso es un fraude la institución donde lo hizo?

Dice una sentencia popular: los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Claro, no toda la culpa es de ellos, es decir, de los gobiernos, pues éstos fueron elegidos por el pueblo. Pongamos ejemplos: hay quienes se quejan, y vaya que son miles y miles, del gobierno de Andrés Manuel, pero se olvidan que ellos mismos votaron por él, a sabiendas de cómo era. Si votaron a su favor, a pesar de que lo conocían, ¿cómo pues esperan otros resultados?

Lo mismo ocurre, hay que decirlo, con Abelina. Desde mucho antes, sabían quién era; conocían sus capacidades, sus limitaciones, sus andanzas y su visión de gobierno, y aún así, votaron por ella. ¿Cómo pues piden que haga un buen gobierno con todo lo que es ella? Quienes la critican, quienes se burlan de ella, ya por cómo gobierna, por cómo opina o responde a preguntas, ¿acaso no saben que así es ella, que así ha sido?

El asunto es que ahora es la presidente municipal de Acapulco, la que gobierna el municipio, la representante de los acapulqueños ante las autoridades estatales y federales, y la cabeza visible de lo que es Acapulco ante los turistas que visitan el puerto, y por supuesto, ante el mundo. ¿Acaso no había entre los acapulqueños otro mejor para gobernar el municipio?, me imagino que dicen. Jejeje…

Porque responder de manera airada a los reporteros cuando le preguntaron sobre el incendio de uno de los mercados del puerto, acusándolos de que hacían apología de la inseguridad, ordenándoles además hacer caso a sus clases de periodismo, o señalar que la violencia en Acapulco es culpa de los carbohidratos y el calor que se tiene ahí, no sólo es desafortunado, sino preocupante para los acapulqueños, como preocupante debe ser la visión que tiene sobre la aplicación de la ley, como el señalar que no hay delito que perseguir en los hechos del viernes pasado, cuando los normalistas de Ayotzinapa, tras enfrentarse con lasa fuerzas del orden en la caseta de Palo Blanco, impactaron un camión de carga, sólo porque habilitaron la unidad sin conductor.

Hay que decirlo. En la acción de gobierno no se justifican las torpezas, la falta de capacidades, la visión limitada, y las faltas de comprensión. No se justifica, pues, la ignorancia, la incapacidad y la inexperiencia. El que hayas concluido una carrera universitaria después de muchos años, tampoco, como el pretexto de venir de una familia humilde. No obstante, hay que ser responsable para reconocerlo y que se requiere ayuda para cumplir con la responsabilidad que se tiene, y en este sentido, deben contratarse a expertos y asesores que los orienten, les ayuden o los capaciten para no seguir cometiendo estupideces.

Sí. No sólo al presidente y a la alcaldesa les hace falta asesores y especialistas en el arte de gobernar, sino también que les hagan caso. Los buenos gobernantes, los que tienen como objetivo trascender haciendo un buen gobierno, se rodean de lo mejor en gobernanza y gobernabilidad, no los mejores en hacer negocios al amparo del poder. Por lo mientras, hay que sugerirle a Abelina que hable lo necesario, y si no sabe del tema, que no lo haga. Aún está a tiempo de hacer un buen gobierno. Aún está a tiempo de trascender, pero con trabajo.

Comentarios: epistolassurianas@hotmail.com

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