• ¿“El INE, va a caer, el INE va a caer”?
Por Alfredo Guzmán
Cuando escucho cantaletas como ésta, “El INE va a caer, el INE va a caer”, me pregunto y ¿habrá valido la pena, la lucha de millones de hombres y mujeres que, en algunos casos hasta dieron su vida por ampliar la democracia?
Las organizaciones sociales y políticas, todas en México, han puesto su grano de arena por establecer formas e instancias más democráticas y participativas, donde la voz de la sociedad se escuche y se respete.
Una de ellas es y ha sido la lucha por permitir que los márgenes de participación social y política se realicen sin cortapisas y sin mediar elementos de amenazas, ni restricciones para unos y otros.
Quien tenga memoria recordará cómo eran los procesos electorales antes de que naciera el Instituto Federal Electoral (IFE) en 1990, cuyo nacimiento fue atacado, por quienes establecían que una credencial para todos los mayores de edad con datos personales, era una forma de control social. Cuando se hizo la credencial con fotografía, hoy el mejor mecanismo de identificación aceptado por todos, fue el acabose.
Antes de 1990, el gobierno federal se encargaba de organizar las elecciones a través de la Comisión Federal Electoral, encabezada por la Secretaría de Gobernación.
En los estados, existía un mecanismo similar, donde los gobiernos vía Secretaría General de Gobierno, hacía los recuentos. O sea el gobierno, determinaba quién ganaba y porqué, luego de que los únicos que tenían acceso a los procesos de conteo y verificación, eran controlados.
En el exceso, hubo procesos después de 1950 que nace la Comisión Federal Electoral, donde el PRI gana todas las gubernaturas y el 100 por ciento de los Senadores, y daba entrada a algunos diputados de oposición, pero sin mayor fuerza.
A los partidos se les otorgaban espacios, gracias a negociaciones políticas de sumisión, adhesión y control.
Recuerdo en una ocasión representando al Partido Comunista Mexicano (PCM), acudí una semana después, como lo establecía la ley, que decía que el siguiente domingo, al proceso electoral, se realizaban los conteos, acudí a Chilapa y cuando se abrió el conteo, fui informado de que éste ya se había realizado un día anterior y el representante del PRI, y supongo que del mismo gobierno, era Efrén Leyva Acevedo.
Los reclamos y protestas nunca prosperaban.
La guerrilla, el movimiento estudiantil de 1968, las manifestaciones sindicales multitudinarias, la lucha social y las universidades, fueron elementos para establecer que el gobierno debía permitir que fueran organismos autónomos los que se encargaran de los procesos electorales en el país.
Las leyes empezaron a cambiar. Los procesos políticos fueron abiertos a mayor participación política. Al Partido Comunista Mexicano le fue aceptada su participación política en procesos electorales en 1971, entre otras organizaciones antes proscritas.
Las últimas elecciones donde hizo crisis la Comisión Federal Electoral, fue en 1988, donde el ganador fue Carlos Salinas de Gortari, quien supuestamente derrotó al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, uno con el 50 por ciento de las votaciones y el segundo con 33 por ciento. Quien era el responsable de calificar el proceso fue Manuel Bartlet Díaz. A quien se le cayó el sistema.
Elemento que generó un gran descontento y obligó al gobierno a abrir más la democracia y nace dos años después el IFE.
Al IFE con presupuesto autónomo le siguió un padrón nuevo, acceso equitativo a la radio y TV, garantías de que el voto se contaría con pulcritud, por ciudadanos habilitados como funcionarios de casilla insaculados y capacitados por el IFE.
Financiamiento público a los partidos, para que pudieran participar con cierta equidad, de acuerdo al porcentaje de votos, servicio civil de carrera, con personal afín al IFE no al gobierno, credencial con candados, seguridad y fotografía, padrones para los partidos sin fantasmas ni rasurados.
Boletas impresas en papel con seguridad, para impedir su tráfico, urnas translúcidas para desterrar las embarazadas, tinta indeleble y con ello evitar el doble voto. Consejos Generales y locales, conformados por representantes de partidos y presencia ciudadana en las mismas urnas.
Así el IFE fue ganando y ampliando la confianza social. Hoy las actas se escanean y existen los conteos rápidos, que se realizan con la participación, anuencia y vigilancia de todos los partidos. El padrón la credencialización, se llevan el 30 por ciento del presupuesto del INE.
Hoy se fiscalizan los procesos y los gastos de los partidos tienen un alto costo social. Los partidos se llevan la mayor parte del presupuesto del INE.
Esa historia ya lleva más de 10 procesos federales nacionales.
Y esa historia que algunos no reconocen o quieren olvidar porque quieren ver de nueva cuenta que el gobierno actual, controle a los órganos electorales, es la que defiendo hoy y siempre.
Enhorabuena.