El Voyerista

• ¿Vivir en un palacio, con salario mínimo?

Por Alfredo Guzmán

Un elemento que pondera la 4 T, es la austeridad. Una austeridad, por supuesto en las mulas del compadre, nunca en las propias.
Y siempre colocan al símbolo de su potestad, por delante. O sea a Andrés Manuel López Obrador (Amlo), actual presidente de México.
Para ejemplo de su austeridad, estableció que nadie puede ganar más que él y su salario oscila en unos 149 mil pesos mensuales. El cual es simbólico, teniendo una partida secreta, misma que no informa ni da cuenta a nadie de sus gastos por 95 mil millones de pesos al año.
Casi de risa loca, me recuerda a la presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, quien establece que no gana ni para comer. Pues que renuncie. Cuando todos sabemos que un edil, cobra más de 200 mil pesos mensuales. Aunque todos sus gastos se cubran como viáticos.
La mentira por delante.
Vivir en Palacio Nacional, le cuesta a la nación, unos 6 millones de pesos mensuales en servidumbre, personal de asistencia, seguridad, limpieza, cocina, luz eléctrica, gasolina, transportes. Entre otros gastos.
El presidente de la República y su familia no gastan en medicinas, médicos, atención, masajes, peinado, vestido, comidas, traslados locales, nacionales e internacionales. En nada.
Esto no es de ahora ha sido siempre, pero establecer que eso es austeridad, es engañabobos.
Presumir que este gobierno no ha comprado deuda, establece una mentira grande. Hoy hay 3 billones de pesos más en deuda externa. Del 2018 al 2022. O sea 3 mil millones de millones más.
El tema es que ponerse como ejemplo de austeridad, establece ser consecuente.
Nadie quiere que como decía la antigua consigna, “Salario mínimo al presidente, para que vea lo que se siente”.
Se entiende la responsabilidad y la necesidad de tener un ingreso digno, pero mentir que se vive con austeridad, es hacer promoción de algo que es totalmente una mentira.
Un gobierno que presume de conducirse como un gobierno austero, indica que de otras formas están haciendo riqueza para cuando terminen.
Nadie quiere que un gobierno no gaste, todos queremos que invierta y que no se quede como subejercicio, pues eso significa que lo presupuestado no se usó, como estaba previsto.
Todos queremos medicinas, seguridad, atención médica, vacunas, inversión en infraestructura, hospitales, centros de salud, escuelas, carreteras, obras trascendentes. Hoy no hay nada de lo anterior.
El caso, es que si un gobierno como el actual, asegura que no tiene recursos y devora casi un billón de pesos en fideicomisos que tenían una utilizad específica, antes de su desaparición y nunca dar cuenta de su uso, establece un gobierno corrupto.
Es evidente que los fideicomisos, es sólo un botón de muestra del tamaño de la corrupción de un gobierno que se gastó el billón de pesos y no ha informado en qué.
Otro elemento es el Instituto para Devolver al Pueblo lo robado (INDEP), donde su ex director Jaime Cárdenas Gracia, denunció que se convirtió en un instituto que en vez de devolver al pueblo lo robado, le robó al pueblo lo devuelto, puesto que muchas joyas, obras de arte, autos, y demás, fueron saqueadas y hasta la fecha, nadie sabe nadie supo.
Pero solapar a Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, Manuel Bartlett Díaz, a Delfina y a toda una cauda de ladrones, incluidos, miembros de su familia, es ya escandaloso.
Me queda claro, que el presidente al que le deseo que se alivie de sus dolencias y vuelva a estar bateando a más de 300, aunque en la práctica ni piche ni cache ni nada y viva de alucinaciones, no es un corrupto, pero muchos que lo acompañan sí.
Termino diciendo, que un cateterismo, como el que le realizaron al presidente de México, luego de que le hicieron una revisión de rutina, no es cualquier cosa y ya no está como para andar brincando en las camas, pues su historial, indica que mejor debe de sentarse y comer puro cocol.
Pues su ancianidad, le pesa y nos meterá en una situación de mucho conflicto social y político, porque si nos falta, sus seguidores se van a matar por el poder.
Y nadie quiere eso. Que todo sea para bien.

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