Epístolas Surianas


De Julio Ayala Carlos

La equivocada idea de vender inmuebles
• Casa Acapulco, Casa México, El Partenón

ADEMÁS DE PRETENDER VENDER CASA ACAPULCO, y Casa México, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda también ha anunciado su interés de vender El Partenón, construida por el entonces poderoso secretario de seguridad pública del entonces Distrito Federal, Arturo “El Negro” Durazo, el cual le fue confiscado por el gobierno federal y que después de muchos años de litigio le fue entregada al gobierno del estado, cuya titular hoy pretende rematar para obtener recursos, según dice para llevar a cabo diversas acciones en favor de los guerrerenses.

La integración de El Partenón a la lista de venta de bienes muebles e inmuebles, por parte del gobierno del estado, que incluye además camionetas blindadas, y de lujo, tiene que ver, de acuerdo a las propias autoridades, de deshacerse de todo aquello que, además de ser ostentoso, le representa millonarios recursos por su mantenimiento, además de cumplir la premisa de que no puede existir gobierno rico y pueblo pobre.

Pero además de ello, el hoy gobierno del estado requiere vender los muebles e inmuebles como parte de un compromiso de campaña, y porque además, como ya lo hemos dicho, requiere de recursos para llevar a cabo diversas acciones, como por ejemplo, una clínica de diálisis y otra que tiene que ver con la atención de las mujeres que requieren un servicio médico especializado.

Indudablemente que la intención, es buena. Es decir, el de llevar a cabo acciones en favor de las mujeres, pero en vez de deshacerse de los bienes inmuebles del gobierno, la gobernadora Salgado Pineda bien puede gestionar el presupuesto necesario ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, que es de su propio partido, y toda vez que se jacta de que Guerrero tendrá todo su apoyo, para concretar la obra pública y social que tiene en mente.

¿Y qué hacer con Casa Acapulco, Casa México y El Partenón que se encuentra en Zihuatanejo?

Las propuestas son muchas, de acuerdo a los acapulqueños, de acuerdo a los guerrerenses que viven en la capital del país, y de acuerdo a los zihuatanejenses. Casa Acapulco, que dicho sea de paso pertenece al estado vía comodato con el gobierno federal, podría bien convertirse en un museo, no sólo del puerto, sino de todos los guerrerenses, y en consecuencia en un espacio de cultura de lo que es Guerrero, y en suma un punto de interés turístico de gran alcance.

Casa México, si bien no se ha utilizado en un cien por ciento para los fines que fue concebida, bien puede fortalecer sus funciones en apoyo de los guerrerenses, que no son pocos, que viven en la Ciudad de México y que requieren de realizar trámites administrativos de manera urgente y que les es complicado trasladarse al estado, además de llevar a cabo diversas acciones culturales y con ello difundir todo lo que tiene que ver con Guerrero.

Lo mismo puede hacerse, hay que decirlo, con El Partenón, una construcción que por su majestuosidad, aunque hoy está en el olvido, bien puede convertirse, también, en un museo de Zihuatanejo, y en suma, un nuevo polo de atracción turística que venga a sumarse a los que ya tienen ese binomio de playa que incluye a Ixtapa. Los tres inmuebles, más que venderse para cumplir compromisos de campaña, tendrían un mejor destino si el gobierno del estado, o mejor dicho, quienes lo encabezan, tuvieran una visión a futuro en favor de los guerrerenses.

Por supuesto, es mucho más fácil vender que invertir. La pretensión de vender los tres inmuebles, se parece a la herencia que se reparten los hijos cuando los padres han muerto, y que en vez de preservarla, la venden para repartirse los dineros que no les costó sin ningún esfuerzo. Es cierto que los recursos son escasos, pero en vez de hacer un esfuerzo para conseguirlos, lo más fácil que se les ocurre es deshacerse de lo poco que tienen.

Hay que decirlo. Gobernar Guerrero no es administrar el presupuesto que se tiene asignado; eso cualquiera lo hace, como lo hace la mayoría de los gobiernos municipales. Gobernar Guerrero es atender y resolver los problemas que tienen los guerrerenses, y ante la falta de dineros, hay que gestionarlos y conseguirlos donde se encuentran, y en este caso, ante el gobierno federal que de acuerdo al presidente de la República tiene lo suficiente y hasta de sobra. Por supuesto, se requiere de capacidad de gestión y de convencimiento de que esos recursos se requieren en el estado.

También hay que decirlo. Hasta ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador le ha quedado a deber a Guerrero. Hasta ahora, su dicho que amor con amor se paga, y de que primero los pobres, no se ve en el estado. No se trata de que solo lo diga, sino de que cumpla, y hoy, a tres años de que llegó al cargo, nada más no hay una obra en la entidad que haya hecho su gobierno.

Así que si el gobierno estatal requiere de recursos, con todo y de que dice que el presupuesto de egresos para este 2022 es histórico, hay que buscar lo que falta en el gobierno federal, y no andar vendiendo lo que no le costó y que bien puede servir, si se les reorienta con visión de estado, para generar recursos en favor de quienes viven en este suelo suriano.

Por ejemplo, me gusta la idea de convertir Casa Guerrero en un hospital de tercer de nivel, en vez de seguirlo utilizando para eventos del propio gobierno. Sin embargo, no veo hasta ahora siquiera el intento de que esa promesa de campaña se haga una realidad. Quizá le faltan asesores a la gobernadora del estado, y si los tiene, todo indica que no le ayudan.

Comentarios: epistolassurianas@hotmail.com

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