De Julio Ayala Carlos
• El pendiente de la renovación del PRI
• ¿Le importa a sus dirigentes? ¡No, y no!
RUMBO A LA ELECCIÓN DEL 2024, ES EVIDENTE QUE EL PRI, en el caso de Guerrero como en todo el país, debe reestructurarse. Y es que, contra lo que se diga, la próxima elección no sólo está a la vuelta de la esquina, sino que en la misma, el partido tricolor se juega su futuro; sin embargo, dado la pasividad de sus dirigentes parece ser que el futuro es lo que menos importa, pese a los resultados electorales del 6 de junio pasado.
Así, mientras el PRI como partido permanece prácticamente muerto, en Morena, con todo y sus pleitos internos, ya trabajan en la elección que viene, mientras que el PRD y el PAN hacen lo propio. Y es que los dirigentes del PRI están muy cómodos en los cargos que actualmente tienen.
Hay que decirlo. Si el PRI Guerrero no se reestructura y cambia de dirigentes desde ahora, será muy difícil que en el 2024 tenga al menos la votación que obtuvo el pasado 6 de junio, precisamente por la pasividad en la que se encuentran sus dirigentes que parecen no entender que las elecciones son cada vez más difíciles para sus candidatos.
El caso contrario es Morena, cuyos abanderados incluso ganan sin hacer campaña, como consecuencia del peso de la marca que personaliza Andrés Manuel López Obrador que además hace uso de los programas de gobierno para ganar elecciones.
Sin embargo, como hemos dicho, o no les importa a los dirigentes del PRI, o simplemente la situación los beneficia, pues de otra forma no se entiende el que su partido, con los resultados electorales obtenidos en la última elección, se mantengan más que pasivos.
Es un hecho que en el PRI hay quienes ganan perdiendo elecciones, e incluso, con una eventual desaparición de su partido. Hay quienes, incluso, les conviene vivir de los despojos del tricolor, pero contra todo lo que opinen es indiscutible que el PRI no está muerto, aunque sí en poder de dirigentes equivocados, situación que bien puede corregirse con un nuevo comité directivo.
Así es, diría el maestro. Con todo y que el tricolor perdió la elección del 6 de junio, es un hecho indiscutible que, como dice Mario Moreno Arcos, el PRI no solo tiene futuro, sino que la presencia que tiene entre los guerrerenses lo ponen como un referente, pues con todo y que fue una elección de estado, el candidato tricolor obtuvo la más alta votación que han logrado los abanderados de ese partido.
Más aún, el PRI gobierna, a excepción de Acapulco y Chilpancingo, los municipios más importantes del estado, como Chilapa, Tlapa, Iguala, Arcelia, Pungarabato, Zihuatanejo, Tecpan y Ometepec, lo que habla de la fuerza que tiene y lo importante que es para la gobernabilidad del estado, de ahí que, otra vez, no se explica la indolencia y dejadez de quienes aún lo dirigen.
Urge pues, en ese partido, reestructurar a su comité directivo, o mejor aún, renovarlo por quienes tienen interés de fortalecerlo, adecuarlo a los nuevos tiempos y reestructurarlo desde sus seccionales, líderes naturales y comités municipales, y lo que es mejor, regresarlo a las bases, a su militancia que es la que vota, a pesar de que se le relega en las candidaturas, se le utiliza y se le olvida en las toma de decisiones para favorecer a los grupos de poder que desde hace muchos años tienen secuestrado al PRI.
Por supuesto, no es nada fácil, pues ciertamente esos grupos de poder difícilmente dejarán los espacios que hoy ocupan desde donde impulsan las candidaturas de sus hijos, esposas y hermanos, mientras la militancia, la que se mantiene firme y trabaja casa por casa en las campañas, se le relega con la promesa de “para la otra”, la cual nunca llega.
También hay que decirlo. El PRI requiere de nuevos, de nuevas caras, pero que no sean los hijos o las esposas de sus dirigentes los que siempre lleguen al poder. Requiere, por supuesto, de gente honesta, responsable y trabajadora con el fin de quitarle al partido el estigma de corrupto. Y es que ése es uno de los señalamientos en su contra que tienen que cargar los candidatos, aún y cuando éstos sean hombres de bien.
En fin. Por supuesto que en el tricolor hay gente de bien. Hombres y mujeres que no sólo tienen bien clara su militancia, sino también su compromiso con Guerrero, como también los hay en otros partidos políticos. En fin que la elección del 2024 está a la vuelta de la esquina, y en el PRI, en el caso de Guerrero, parece no importarle a quienes hoy lo dirigen.
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