Chicotazos

Transportes: Propuesta descabellada

Por Francisco Javier Flores V.

Un día de abril, hace algunos años, elementos de la Policía Municipal de Chilpancingo detuvieron al dirigente de la Unión de Transportistas Democráticos (UTD), Apolinar Segueda Dorantes luego de que en estado de ebriedad golpeara a una dama.

El hecho fue ampliamente difundido en aquel tiempo en los periódicos de la capital y, más allá de la agresión sufrida por la mujer, que a las 4 de la madrugada buscó angustiosamente la ayuda de los uniformados para que el “líder de izquierda” ya no la siguiera golpeando, pinta de cuerpo entero el perfil violento de un personaje que a últimas fechas se aparece en todos los lugares en donde sabe que estará el senador Félix Salgado Macedonio.

Huelga decir que tales “apariciones” no son por un amor profundo que Segueda le profese al llamado Toro sin Cerca, sino por el afán desesperado de ser tomado en cuenta para el gabinete estatal que encabeza la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.

El asunto no tendría mayor relevancia si no fuera porque entre el círculo cercano del otrora dirigente de la UTD circula la versión de que el aspirante a funcionario estatal andaría comprometiendo que lo primero que hará llegando al cargo que pretende será repartir concesiones del transporte público en las principales ciudades de Guerrero.

No hace falta ser muy ducho en la materia para saber que si de algo adolece ese sector, es precisamente de la saturación de unidades del servicio público de pasajeros, baste con echar un vistazo a las calles de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, por citar unos ejemplos, para darse cuenta de lo descabellado que podría resultar seguir otorgando permisos.

La Dirección de Transportes en Guerrero, que probablemente se eleve a rango de Instituto o Secretaría en este sexenio, requiere alguien con un proyecto serio, experimentado en el tema de movilidad, que guarde excelentes relaciones con todas las organizaciones de transportistas, que conozca a fondo la problemática del gremio y, sobre todo, sea factor de unidad y conciliación, no generador de violencia. Vale.

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