- Abelina, barrendera y pintora de brocha gorda?
• Parece que la edil no entiende su responsabilidad
De Julio Ayala Carlos
CIERTAMENTE ES MUY POCO TIEMPO PARA evaluar a los presidentes municipales, y en particular a la de Acapulco, Abelina López Rodríguez, que llegó al cargo con grandes expectativas. No obstante, las primeras acciones emprendidas por el gobierno que encabeza ponen de manifiesto lo que habrá de hacer en su trienio, aunque, hay que decirlo, el Puerto, y todo el municipio, es mucho más que recoger basura y pintar banquetas.
Sin duda que la alcaldesa tiene buena intención, tanto o más que el Presidente López Obrador, pero está visto que eso no basta para resolver los problemas que tiene, pues Acapulco no sólo es basura, que está visto no puede solucionar, sino también inseguridad pública, contagios y muertes por el Covid, escasez de agua potable, aguas negras, y lo que tiene que ver con el turismo, pero además, deficiencia de recursos públicos para atender y resolver las necesidades que tienen los acapulqueños.
En síntesis, gobernar Acapulco es mucho más complejo de lo que pueda imaginarse, de ahí que resulta difícil creer que López Rodríguez podrá hacerlo, en primera por la falta de recursos suficientes para hacerlo, y en segundo porque la actual presidente no tiene experiencia en la administración pública, de ahí que cree que barrer calles y pintar banquetas es suficiente.
Pero no. Gobernar el Puerto es más que eso. Gobernar Acapulco es ejercer la dirección, la administración y el control del municipio. Y en términos prácticos tiene que ver con la atención y solución de sus problemas y prever las del futuro; por supuesto en el marco de la ley y con gobernabilidad.
Y en ello, decíamos, con todo y la Maestría que presume, Abelina López Rodríguez no tiene experiencia en la administración pública, lo que es fundamental para resolver los problemas del municipio que gobierna, generando además, los consensos necesarios entre los actores políticos y los liderazgos naturales existentes entre la población. Lo que sí tiene, aunque no sé si sea motivo de orgullo, es el de encabezar protestas y de sobornar a las autoridades, como lo reconoció en su momento, para agilizar trámites.
Así que si bien dice que no es corrupta ni ratera, cuando un grupo de regidores le exigieron transparentar un préstamo de 200 millones de pesos y la compra de camiones recolectores de basura en una asignación directa, no sólo no es suficiente para creerle, con todo y que sea de Morena y su lema sea: no mentir, no robar, no traicionar, sino que debe dar pruebas suficientes de ello, porque además, conseguir un cargo para el cual no se está capacitado también es un acto corrupción, de mentir y de traicionar al pueblo.
Hay que decirlo. El que la alcaldesa porteña agarre la escoba y se ponga a barrer las calles, o que se convierta en artista de brocha gorda pintando banquetas, cuando lo pueden hacer los trabajadores contratados para ello, no solo no resuelve el problema, sino que pone de manifiesto que no tiene en mente otras acciones para resolver los problemas que enfrenta el municipio, y demuestra además que no tiene claridad de lo que es la responsabilidad como la primera autoridad de Acapulco.
Bien dice el dicho: no es lo mismo ser borracho que cantinero, pues como oposición, López Rodríguez se dedicó a exigir a las autoridades, a demandar resolver los problemas que enfrentan los acapulqueños, además de corromper a ministerios públicos, y ahora que está en el cargo que añoraba, lo único que se le ocurre hacer es barrer calles y pintar banquetas.
Sin embargo, como decíamos al principio, apenas lleva 12 días en el cargo de presidente municipal, y si bien hay que darle el beneficio de la duda, las primeras acciones de su gobierno, y de ella en particular, no parecen ser tan buenas, pues los acapulqueños votaron mayoritariamente por una alcaldesa que prometió resolver los problemas del Puerto, y no por una barrendera o pintora de brocha gorda, dicho con todo respeto, que además, cobra como primera edil, no como trabajadora de Servicios Públicos.
En fin. Esperemos unos días, mientras, Abelina López Ramírez le echa toda la culpa a su antecesora, Adela Román Ocampo, de su propio partido, es decir de Morena, aunque cuando se trata de evadir responsabilidad, las culpas son para otros.
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