¿Quien será traicionado?
Por Armando Ventura
Seria el mes de julio o agosto del año 2017, cuando un gran amigo –de hecho es mi compadre- me invitó a una reunión en un el fraccionamiento Marroquín, de mi bello puerto de Acapulco. Pasé por él a su casa a las nueve de la mañana y enfilé el rumbo hacia el lugar de la reunión; ya en el camino, me confió…”compadre, vamos a una reunión con Félix Salgado…”; es a las 10 de la mañana en un sindicato frente a su casa, pero nos pidió -a varios amigos cercanos- estar media hora antes de la reunión porque nos quiere comentar algo”.
Obviamente, lo acompañé y le dije con toda la confianza que le tengo a mi compadre…”pero para qué quieres que te acompañe si la reunión es con sus allegados”, contestándome de inmediato: “Mi gran amigo, tu mentor, ex jefe y maestro HUMBERTO SEVILLA GARCIA también lo fue del ingeniero Félix, por eso debes estar aquí”. Ya no le repliqué nada pues tenía razón.
Llegamos puntuales a la reunión en el lugar que me dijo. El ingeniero Salgado Macedonio ya estaba en dicho sitio acompañado de no más de seis amigos sentados en unas sillas alrededor del anfitrión, mientras dos personas acomodaban las hileras de más asientos en el amplio patio de ese lugar.
Al llegar, Félix Salgado se extrañó al verme con mi compadre bajando las escaleras, pero al estar cerca logró ubicarme al ser el que esto escribe jefe del Área Civil en la Dirección General de Asuntos Jurídicos -en su administración municipal- cuando el director de esa dependencia era precisamente su gran amigo Humberto Sevilla García, a quien después lo hizo encargado de la Secretaría de Protección y Vialidad.
Ya estando reunidos todos a su alrededor, sólo se dirigió a sus amigos diciéndoles: “Hermanos, solicito su apoyo para Andrés Manuel López Obrador; el próximo año será la elección y necesitamos no sólo a los militantes del partido que tiene poco de nacer sino del pueblo en general”. Un amigo del ingeniero le preguntó: ¿y tú, a dónde irás?, ¿repetirás en la Presidencia Municipal?”, a lo que Félix contestó: “No; Andrés no me quiere de presidente sino de candidato al senado de la República; a lo que otro invitado cercano le comentó chin…y sabes por qué; sí, contestó Félix: “Porque quiere que sea el candidato a gobernador de Guerrero porque he luchado en la izquierda por más de dos décadas; por la amistad y lealtad que lo une conmigo desde hace muchos años, quiere que yo sea el gobernador”.
Posiblemente, haya faltado a mi secrecía como persona que estuvo de oyente en esa reunión y por este medio pido disculpas a mi compadre y, desde luego, al ingeniero, pero creo que resulta necesario sacar a colación el tema por lo que ha ocurrido recientemente por la designación a la candidatura del Poder Ejecutivo Estatal por partido gobernante en el país, MORENA.
La existencia de tantos precandidatos cuando realmente -de ese partido- son a lo sumo cuatro resulta insultante; de entrada, lo que dijo el hoy senador con licencia definitiva es cierto; de todos los precandidatos, el ingeniero es –actualmente- el único que ha pertenecido a la izquierda desde el año 1988 cuando le arrebataron la Presidencia de la República a otro ingeniero, CUAUHTÈMOC CÀRDENAS SOLÒRZANO.
Además, fue candidato dos veces por la izquierda suriana -a la gubernatura del estado de Guerrero- cuando nadie más quería serlo porque la mayoría buscaba –como ahora- la comodidad de una candidatura por la vía plurinominal para obtener poder y presencia política sin esfuerzo alguno. Y hoy, que se sabe -por las encuestadoras respetables en el país- que el partido MORENA tiene la gran posibilidad de alzarse con la gubernatura, así como de diputaciones federales y locales, cabildos y alcaldías; todos quieren participar.
La lista de aspirantes a esos cargos es inmensa, cuando ni siquiera en el 2015 –primera experiencia electoral como partido- se peleaban por ser candidatos; obvio, nadie quiere ser conejillo de indias ni quiere ser recordado como “candidato perdedor”, pero ahora todos voltean al partido guinda; inclusive los que se fueron y hasta a quienes se les dio la oportunidad de serlo al salirse del PRD. Ahora, casi todos se visten de ese color o bordan sus ropas con el emblema de MORENA…excepto Félix. El no necesita hacerlo.
La traición no existe en las instituciones sólo en los hombres, decía mi padre. Por lo que aquí entra la duda, ¿quién traicionará a quién?, ¿el Presidente de la República, por no cumplir su palabra al amigo, compañero de lucha y al mejor posicionado en el electorado guerrerense?, obvio Mario Delgado no tiene el poder para hacer esas designaciones, o ¿el ex Senador cuando le comuniquen que otro personaje será el candidato?, como se lo hizo el PRI a Ángel Aguirre en la Ciudad de México. Resultando con ello que no apoye al nominado y se postule por otro u otros partidos políticos como su candidato a la gubernatura del estado, lo que lo llevaría a lo mejor a no ganar la gubernatura, pero tampoco lo haría MORENA ni su impuesto candidato, por sí solo.