- Inversión y seguridad
Por José Antonio Rivera Rosales
En términos de información, la reciente visita presidencial a Guerrero no tiene ningún desperdicio.
En su estadía en el puerto el pasado viernes 9, la presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer los planes del gobierno de la república para Acapulco, que se traducen en la inyección de tres mil millones de pesos para la construcción de infraestructura caminera (puentes), de agua potable, saneamiento y reconstrucción en general.
A esto debe agregarse un mil 800 millones anunciados en febrero pasado para desarrollar cinco mil acciones en todo el estado, con el ánimo de que la vida de miles de guerrerenses regrese a la normalidad.
Esta partida doble forma parte de un lote total de inversión que alcanza un techo de ocho mil millones de pesos que la federación invertirá en Guerrero durante todo el sexenio de Sheinbaum Pardo.
Después de la destrucción sufrida por la infraestructura hotelera debido al impacto de los huracanes Otis y John, el anuncio se significa sin duda como buenas noticias porque jamás ha habido en Acapulco un vertimiento de recursos de tal magnitud. Al final, la mayor catastrofe la inflingió el huracán John porque impactó en la periferia del puerto, donde habita la gente más pobre.
Cuando el huracán Pauline golpeó el puerto, en octubre de 1997, causó 207 muertes según información oficial -aunque es probable que hayan sido más-, además de cuantiosos daños. En septiembre de 2013 los huracanes Ingrid y Manuel provocaron la muerte de más de un centenar de personas.
El huracán Pauline provocó afectaciones parciales o totales a 52 mil viviendas, mientras que la afectaciónes de los huracanes Ingrid y Manuel en 2013 alcanzaron a 12 mil hogares. Resulta evidente que el mayor afectación la causó Otis, que generó daños parciales o totales a 72 mil casas-habitación, tan solo en el puerto de Acapulco.
La nueva partida de inversión incluye la primera etapa del Maribus, como le han dado en llamar a una transportación marítima que comunicará a Puerto Marqués con el zócalo del puerto. En la década de los noventa hubo un proyecto parecido que fue denominado “taxi marino” y que generó mucha expectación, pero nunca prosperó.
Este transporte marítimo -que en una segunda etapa extenderá su servicio a Caleta y Caletilla- se constituirá como un nuevo atractivo turístico y permitirá despresurisar el tráfico en la avenida Escénica.
En lo general la inversión prevé modernizar 1.2 kilómetros del malecón para integrar en un todo el Jardín del Puerto, Paseo del Pescador, construir un muelle de cruceros, áreas de juego, restaurantes y un teatro al aire libre, lo que permitirá el disfrute publico de esos espacios, trabajos que alcanzarán 7 mil millones de pesos de inversión y la generación de un mil 200 empleos directos y cuatro mil indirectos.
En toda esta gran aplicación de recursos llama la atención un tema sensible: el saneamiento de la bahía a través de la rehabilitación de 20 plantas tratadoras de aguas negras.
Aunque no precisaron la cuantía de la inversión global en la rehabilitación, el gobierno federal dejó en claro que están contempladas las 20 unidades que en total deberán sanear más de cinco mil litros de aguas residuales por segundo. Ello requeriría, al menos, unos 3 mil millones de pesos.
En 1990 el gobierno de Carlos Salinas instaló la primera planta tratadora que fue ubicada en la glorieta de Aguas Blancas. Sin embargo, pronto se descubrió que dicha tratadora no cumplía del todo con su objetivo, pues recogía los lodos pero los enviaba con un tratamiento muy elemental (crudos) a Playa Olvidada. Aunque en ese entonces se debatió sobre la calidad del tratamiento, nunca quedó en claro cual era la calidad del agua tratada.
En la actualidad existen un total de 20 tratadoras fuera de servicio. Su rehabilitación, si es que se concreta este plan, permitirá sanear integralmente la calidad de las aguas de la bahía, que durante muchos años fueron contaminadas particularmente por las cadenas hoteleras que vertían al mar sus aguas crudas, además de los escurrimientos procedentes del anfiteatro.
En todo este contexto, queda un interrogante: ¿qué pasará con la laguna de Tres Palos?
Situada a 25 kilómetros del puerto, la laguna de Tres Palos es un gigantesco vaso lacustre que tiene 3.5 veces el tamaño de la bahía, pero desde siempre recibe aguas contaminadas del Rio de La Sabana sin que autoridad alguna se haya percatado. En sus márgenes están asentados 21 pueblos que, aún hoy, subsisten de la pesca ribereña.
Una propuesta de algunos de sus viejos habitantes era conectar un canal desde el Rio Papagayo para ayudar a sanear este valioso cuerpo de agua, que cada tanto se retroalimenta de la apertura de Barra Vieja, mediante la cual hace contacto con mar abierto. Pero la muerte de ese cuerpo lagunar es inminente: algunos de sus habitantes dicen que está en vías de convertirse en una olla de pudrición. Nadie hizo caso a esta propuesta de conexión con el Río Papagayo, aparentemente debido al costo que supone.
Junto con la Laguna Negra constituye un sistema lacustre que forma parte del patrimonio turístico del puerto de Acapulco, precisamente por su cercanía con Puerto Marqués. Todos estos cuerpos de agua -Río de La Sabana, Laguna Negra y Laguna de Tres Palos- constituyen una amplia zona de humedales que valdría la pena rescatar en el contexto mismo del rescate de Acapulco. Una tratadora que permita sanear estas aguas silvestres le vendría muy bien a todos estos humedales.
Pero toda esta gigantesca inversión anunciada por la presidenta Sheinbaum debe incluir también, indubitablemente, el combate a la inseguridad, dado que es en Acapulco donde se producen la mitad de todos los asesinatos que ocurren en Guerrero.
Hasta ahora el gobierno municipal se ha dedicado a organizar fiestas en lugar de cuidar la seguridad publica. Eso sí, para organizar jolgorios cuentan con el auxilio de Noé Peralta, dueño de una vocación natural para la pachanga.
Según explicó el jueves 8 durante la conferencia mañanera el secretario de Seguridad y Proteccion Ciudadana, Omar García Harfuch, el estado de Guerrero tomó distancia de los estados más violentos del país.
De acuerdo con información oficial, Guerrero se encuentra en el séptimo lugar nacional en materia de incidencia delictiva, concentrando el 5.6 por ciento del total de homicidios dolosos registrados en México. Entre novienbre de 2024 y marzo de 2025 la entidad acumuló cinco meses consecutivos con una disminución sostenida en delitos de alto impacto.
En ese lapso las Fuerzas Federales han capturado a 184 delincuentes peligrosos de todos los grupos delictivos, lo que ha provocado un reacomodo de las organizaciones criminales con los gazapos que ello implica.
Pero, claro, eso lo han logrado las operaciones oordinadas entre Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Armada de México, Policía del Estado y Fiscalía General del Estado con apoyo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Pues sí, pero esos logros se le adjudican al gobierno federal y gobierno estatal que encabeza Evelyn Salgado.
Y el municipio ¿para cuándo?