- Guerrero 5o Año; «Habemus Gobernador»
Por Ernesto Rivera Rodríguez
Cinco años después de haber tomado protesta como Gobernador del Estado, Héctor Astudillo Flores, ha logrado luchar contra tirios y troyanos, enfrentarse con inteligencia y sobre todo con oficio político, que el destino le ha puesto enfrente. Desde encontrar un estado en las peores condiciones posibles donde su slogan de campaña «Orden y Paz» parecía haberse convertido en una lápida que en un proyecto a alcanzar, y que en momentos tras el cambio de régimen a nivel federal lo empujaba a jugar sus mejores cartas ante nuevos adversarios que buscaban entronizarse y hacerle más que sombra…
La papa caliente en la herencia de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapos y el alto grado de inseguridad y violencia que azotaba al estado eran las facturas y fracturas heredadas, que lo situaba en los primeros lugares en los índices nacionales de delitos dolosos, secuestros, extorsión y con una economía interna maltrecha, Héctor Astudillo Flores, tuvo que hacer un spring desde los primeros días de su mandato, contra las fuerzas de la naturaleza y lo peor que faltaba por enfrentar, a los jinetes del Apocalipsis, la pandemia global del Sarc2-Covid19, la peste o peor del siglo XXI.
Con el Consejo Estatal para la Construcción de la Paz, con él al frente, se convirtió en la plataforma para enfrentar al Covid 19 y a la vez en conjunción con los tres órdenes de gobierno atacar sectorial menté la inseguridad y blindarse para atacar la pandemia, de manera y forma decisiva y de frente, con la aplicación total de los protocolos indicados para evitar mayores contagios pues se preveía una contaminación de inconmensurables magnitudes como ya se estaban viendo en innumerables países del primer mundo.
No había de otra. Tomar al Covid 19 por los cuernos. Proteger el aparato económico, protegiendo la vida de los guerrerenses, a la par que se mantenían con firmeza los operativos de seguridad a lo largo y ancho del estado. El «Orden y Paz» se encontraba en una encrucijada…su gobierno también.
«Qué hacer», ante esto. Y lo hizo. Decisión, determinación y firmeza. Que los guerrerenses tomarán muy en serio la pandemia y los protocolos indicados. Ser inflexibles en lo político en su aplicación y No dudar en ningún momento, No flaquear, teniendo siempre presente que la autoridad bse ejerce. Y lo hizo.
Se conjugaron todos los refuerzos del estado, con una determinación político social jamás visto, era de vida o muerte, no había lugar para los matices, pese a la resistencia de ciertos grupos que veían en los protocolos establecidos, normas en contra de sus intereses. Pese a ello todo lo no escencial cerró sus puertas, sus servicios, sus ordenanzas, en cambio del sector se reconvertieron 11 hospitales, con un total de 400 camas Covid-19, -del cuál fue también infectado- todos contra uno, un ejército de servidores anónimos y públicos, con los servidores del sector sector Salud a la cabeza se dieron a la tarea de atender a los más necesitados…era un mar de atención y atendidos…la emergencia sanitaria se convirtió en un motor que desplegó las potencialidades revirtiendo los números y las estadísticas hasta encontrarse en latitudes manejables no vistas en años.
En tanto la tormenta política cimbraba al país y sus estructuras federativas Héctor Astudillo se mantuvo con firmeza en el marco Institucional. El constructo de «Orden y Paz» comenzaba a dar sus frutos de forma gravitacional en todos los sectores sociales, y su propia consolidación como uno de los mejores gobernantes del país, sin quitar el dedo del renglón, está consciente de lo logrado pero mucho más de lo que queda por hacer, por realizar para sacar a este estado, de de la marca del atraso y la violencia. Los cimientos están y serán dejados firmes sin descuidar que aún nos encontramos en el color naranja del semáforo epidemiológico y sin descuidar lo logrado en seguridad con el apoyo y entrega de las fuerzas armadas, la Guardia Nacional y las policías estatales y municipales, los avances en Salud, educación atención al campo y una institución político estatal estable y respetada por tirios y troyanos. Ha Cinco años de gobierno «Habemus Gobernador».