Zona Cero

  • La impunidad después de la agresión a un periodista

Por Roberto Santos

En un país donde la violencia contra periodistas se ha convertido en una rutina sin castigo, la liberación del agresor del compañero Emilio García Cárdenas, trabajador del Congreso del Estado, por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE) resulta indignante.

Este acto no solo revictimiza a Emilio García, sino que también envía un mensaje que debe preocupar a los periodistas: la justicia es un privilegio para unos cuantos.

Los hechos son brutales y hablan por sí mismos y, al parecer, quedarán en la impunidad total.

Emilio fue atacado con un garrote y un machete, a manos de David Alejandro “N”, un vecino de Tlapa a quien le abrió las puertas de su hogar para que durmiera él y su esposa.

Se desconoce la causa, pero David Alejandro golpeó a Emilio García con tal saña que lo dejó inconsciente.

El saldo: fractura maxilar, desprendimiento de retina, fractura de costillas —una de ellas perforando un pulmón— y múltiples lesiones contusas.

¿Cómo es posible que, frente a semejante nivel de violencia, la Fiscalía haya optado por calificar el delito como simples “lesiones”?, de acuerdo a una nota que publicara la Agencia de Noticias Irza.

Más aún, resulta alarmante que ni siquiera le hayan tomado la declaración a la víctima, como si sus palabras no importaran, como si su dolor físico y emocional fuera un detalle menor.

Peor aún, David Alejandro fue liberado este martes sin pagar fianza, con medidas cautelares que parecen una burla frente a la gravedad de los hechos.

La pregunta es inevitable: ¿por qué? ¿Qué intereses o negligencias están detrás de esta decisión?

La Fiscalía tiene una responsabilidad ineludible: velar por la justicia y garantizar que los agresores enfrenten las consecuencias de sus actos.

En este caso, ha fallado rotundamente.

El abogado del compañero Emilio ha solicitado la reclasificación del delito a “intento de homicidio”.

Y tiene fundamento, porque de no intervenir la madrastra de García Cárdenas y que, por cierto, el agresor también tumbó de un empujón, seguramente lo habría asesinado.

Esta exigencia no es solo un acto de justicia para el periodista, sino una demanda urgente para que se respete el estado de derecho.

Dejar libre a un agresor que a punto estuvo de matar, es una afrenta no solo contra la víctima, sino contra toda una sociedad que exige seguridad y justicia.

No se puede permitir que la violencia contra periodistas quede impune.

Desde este espacio nos unimos a quienes exigen que la FGE rectifique, que se haga justicia para Emilio García Cárdenas y que el agresor sea procesado como corresponde.

Porque no se trata solo de un hombre golpeado.

Se trata de una acción con tal grado de violencia que la FGE ni nadie debería tolerar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *