Chicotazos

  • Chilpancingo, recomponer el gabinete

Por Francisco Javier Flores V.

La detención de uno de los implicados en el asesinato del ex alcalde Alejandro Arcos Catalán, que resultó ser el propio encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública del municipio, abre la oportunidad al presidente municipal Gustavo Alarcón Herrera de dar un golpe de timón en el Ayuntamiento de Chilpancingo.

Más allá del curso que tomen las investigaciones y de los efectos que podría causar la aprehensión de un personaje que se suponía clave en la atención de uno de los problemas más graves que enfrenta la capital de Guerrero, como lo es la inseguridad y la violencia, el momento es propicio para que el primer edil forme un equipo de trabajo compacto y confiable.

Es decir, con todo y que se trató de algo sumamente lamentable, tanto por ser un personaje muy conocido y estimado por un amplio sector de los habitantes de Chilpancingo, como por la forma en que con él se ensañaron sus homicidas, hay que entender que los compromisos políticos que haya establecido Alejandro Arcos en campaña, murieron con él.

El nombramiento legal y legítimo de Gustavo Alarcón como titular de la alcaldía, debe ser acompañado de un nuevo gabinete integrado no solamente por personas preparadas y con el perfil adecuado para los diferentes cargos, sino también que gocen de todas las confianzas del presidente municipal.

Echar mano, incluso, de miembros de la sociedad civil, profesionistas que no estén contaminados de compromisos políticos o padrinazgos que muchas veces son la causa principal de que los funcionarios no desempeñen adecuadamente sus funciones, amparados en el manto protector de quien o quienes los recomendaron.

Hay que tener en cuenta que el médico Alarcón no es ningún improvisado, que durante muchos años aspiró a la presidencia municipal y que en ese caminar vino construyendo un proyecto de gobierno que hoy tiene oportunidad de materializar, pero no podrá lograrlo si el equipo que le acompaña no le responde, y menos si tiene en sus filas a gente que no lo ve bien, que siguen escudándose en la cercanía y hasta una falsa lealtad a un difunto que ya descansa en paz.

Incluso, el alcalde de Chilpancingo debe sacudirse a la mayor brevedad a todos los funcionarios y personal de confianza, que aún le siguen rindiendo pleitesía a la dama que ostentó el cargo de presidenta el trienio anterior.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *