- El objetivo, crear una sola entidad del Gobierno Federal con un responsable de cartera de origen público
Por Gerardo L Ceniceros (*)
Por tradición y especialmente desde la revolución mexicana el nombramiento de un secretario o encargado d los asuntos de la guerra y las fuerzas armadas ha recaído en personajes o funcionarios con formación militar y alto grado castrense.
El tener divididas las fuerzas armadas en dos grandes secretarias de estado representa una sobrecarga presupuestal y administrativa al erario federal y al hecho de que la ejecución de acuerdos separados con el presidente limita los tiempos de ejecución y resultados. Aparte los mandos divididos generan informes paralelos que ante la opinión publica pueden parecer como una competencia de resultados o preferencias.
La situación actual de las fuerzas armadas mexicanas ha sido tratada y analizada desde distintos ángulos y opiniones y su futuro esta desde tiempo atrás bajo el cuestionamiento de su intervención en la seguridad publica por un lado y los antecedentes de corrupción de mandos y violaciones a los derechos humanos por el otro situaciones que entran en conflicto con las necesidades inmediatas de resolución de problemas de abasto y financiamiento de sus recursos así como de su modernización permanente año tras año.
La promoción de nuevas generaciones a las escuelas militares presenta también otras dificultades dada la excesiva centralización geográfica de la formación militar en el caso del ejército y por otro el desaprovechamiento de muchas instalaciones militares en los estados que podrían contribuir a la formación inicial de futuras generaciones de oficiales, soldados favoreciendo en principio la cercanía primaria con sus lugares de origen.
El punto principal de mantener una doble administración en las fuerzas armadas también repercute en las responsabilidades del ejecutivo federal al considerarse desde hace muchos la factibilidad de que la cartera de contacto, supervisión y vigilancia sea el puente entre el presidente, los mandos y el cuerpo de asesores directos en seguridad adscritos a la oficina de la presidencia a que un encargado del despacho de origen civil y su equipo puede flexibilizar facilitar las tareas de comunicación con las diferentes cadenas de mando de las tres armas con un nuevo estado mayor.
En las circunstancias actuales (2018) el contrapeso de un secretario civil no militar para la Defensa y Marina requiere de la creación de un Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas lo que permitiría una mejor operatividad en la logística y la estrategia de las tareas propias del Ejercito, la Armada la Fuerza Aérea en todos los estados de la república traduciéndose en un efectivo mando de vigilancia, supervisión y coordinación con otras entidades de la seguridad pública para la salvaguarda de la tranquilidad cotidiana de los mexicanos, así como el ahorro de recursos presupuestales y duplicidad de funciones en la vigilancia y contacto con la sociedad civil.
Un resumen básico de las funciones de las secretarias de estado de las fuerzas armadas mexicanas es del dominio público de la siguiente manera:
“Están integradas por tres instituciones militares permanentes, agrupadas en dos Secretarías de Estado que son: Secretaría de la Defensa Nacional (a cargo del Ejército Mexicano y la Fuerza Aérea Mexicana y Secretaría de Marina (a cargo de la Armada de México.)
El Ejército y la Fuerza Aérea Nacionales tienen la misión de defender la integridad, independencia y soberanía de la nación mexicana; garantizar la seguridad interior; auxiliar a la población en casos de necesidades públicas; realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; en casos de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio a las personas, sus bienes y la reconstrucción de zonas afectadas.