- Acapulco colorido y próspero
Por Francisco Javier Flores V.
El programa impulsado por los gobiernos estatal y federal para pintar de colores el frente de las viviendas de nuestro puerto abre a los acapulqueños una nueva oportunidad.
La de sacar a flote nuestra sensibilidad, nuestra calidad como seres humanos y mostrar empatía con quienes llevan a cabo esta noble labor.
Más allá de que los jóvenes y demás personas perciban un salario o algún beneficio por participar en este programa denominado Juntos Pintamos Acapulco, en el que las familias escogen de un muestrario el color de su preferencia para su fachada, es de valorar el esfuerzo de esta tarea que, literalmente, se realiza bajo los intensos rayos del sol.
Desde tener la pared de la casa preparada, libre de polvo o residuos de pintado anterior, ofrecerles agua para diluir la pintura, tal vez facilitar algún utensilio o vasija para hacer la mezcla, y por qué no, invitarles un vaso agua o algún refresco ante el sofocante calor que se siente por estos días.
Afortunadamente, el prurito que causó el anuncio de esta noble acción que forma parte de las labores de reconstrucción tras los estragos que ocasionó el huracán Otis, en personas que todo lo ven mal, como vulgarmente se dice siempre están en contra de todo y a favor de nada, va quedando en el olvido.
Es el propio resultado que se está viendo en los lugares donde ya lucen las fachadas pintadas y relucientes, el que va callando esas voces y dando paso a la satisfacción de ser parte de una ciudad colorida, que no se rinde; de ciudadanos que luchan todos los días por salir adelante no sólo ante los estragos de un fenómeno natural, sino ante las muchas adversidades que nos presenta la vida misma.
Finalmente, si gracias a este esfuerzo de los gobiernos estatal y federal podemos juntos pintar Acapulco, también en unidad podríamos tener una ciudad o un municipio más limpio, ordenado y próspero.