Rostros de la Transformación

•Morena, con todo y a pesar de todo

Por Guadalupe Rodríguez

Como cada tres años la militancia histórica y reciente del partido Morena se debate en polémica por la designación de candidatos a los espacios de representación popular, y 2024 no podía ser la excepción.

Las descalificaciones son evidentes en redes sociales, mesas de café, reuniones políticas y algunas ante tribunales electorales.

Para los posibles votantes que mantienen la preferencia por el partido guinda estas rebatingas pasan a segundo término, pues muchas veces no conocen a los candidatos lo cual resulta menos contraproducente a la hora de pedir el voto.

El simpatizante morenista promedio entiende claramente el respaldo que Andrés Manuel López Obrador ha dado a su virtual sucesora: Claudia Sheinbaum Pardo. “No hay duda que se le va a apoyar.” De los de “más abajo” es donde se abre al abanico.

Hay candidatos morenistas muy reconocidos -por ende queridos u odiados- , candidatos morenistas que pasan de noche -pues no caminarán dicen- y otros -los menos-, que a pesar del respaldo del partido no contarán con la simpatía ni el voto morenista.

En una muestra aleatoria en Guerrero 8 de cada 10 hogares muestran su respaldo y apoyo al proyecto de regeneración nacional y el segundo piso de la 4T que ha planteado la candidata Claudia Sheinbaum Pardo para dar seguimiento a las políticas sociales de López Obrador a nivel federal. “Ni modo que votemos por el PRI”, dicen.

En lo local, las principales ciudades donde ya gobierna Morena se plantea continuidad y respaldo al partido guinda. Sin embargo la lucha interna por las candidaturas dejó muchos sinsabores a quienes se habían preparado para buscar el voto ciudadano y que creían tener un lugar asegurado en las boletas. La indignación de los que se vieron desplazados por “gente recién llegada” ha provocado el cierre de las oficinas de Morena en Chilpancingo, una caravana en las oficinas nacionales pidiendo la destitución del dirigente estatal. Y la amenaza del voto de castigo, dicen los radicales.

Pero en esta etapa del proceso electoral 2024 poco pueden hacer operadores dentro y fuera de Morena para inhibir la intención del voto por el partido oficial, pues la transformación que inició arriba “debe llegar más abajo”, lo dicen los ciudadanos. Y una de las máximas del pensamiento de izquierda es la libertad de cada elector a votar libre y en secreto. Sin condiciones ni compra y venta de conciencias. Pues ese es y siempre será el reto de las democracias. Por cada voto comprado o condicionado habrá 3 o 10 más directos, libres y con convicción real por el Plan C.

En los próximos días los candidatos oficiales deben urgentemente buscar la unidad y arropar a los grupos que genuinamente han apoyado la 4T sin cargos porque sin ellos el partido más grande de México no lo sería. Urge que regresen al movimiento los ideólogos y voces con autoridad moral. Porque aunque no sólo de cargos se vive, sin militancia no hay partido… ni cargos.

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