(Carta a Don Héctor)
- Capama, una herencia maldita…
De Julio Ayala Carlos
ALLI ESTÁN LOS DATOS Y LAS CIFRAS. Como ningún otro gobierno de Acapulco, el de Adela Román Ocampo le ha apostado a la Capama, y a la solución del problema de aguas negras. El asunto es que son tan graves las irregularidades allí existentes, producto de la negligencia y de la irresponsabilidad de gobiernos anteriores, que lo que hace día a día el actual Ayuntamiento porteño para resolverlo, no se compara con la problemática que se tiene.
Y es que, hay que decirlo, en el caso de la Capama (Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco), no sólo fue abandonada por los anteriores gobiernos municipales, incluidos los cuatro últimos encabezados por quienes hoy aspiran a ser candidatos a gobernador del estado, sino que fue saqueada al ser utilizada como caja chica del Ayuntamiento y generadora de nuevos ricos del gobierno en turno.
Así las cosas, de ser una paramunicipal autosuficiente y eficiente, como incluso ocurría con la de Chilpancingo, la Capama se convirtió en una carga para el municipio, con deudas millonarias producto de los malos manejos y actos de corrupción de sus directivos, incluido el presidente municipal en turno que funge como presidente del Consejo de Administración, de quien hay que decir no era ajeno a las irregularidades que allí se cometían.
Capama, es de todos conocido, no sólo fue en su momento la caja chica del alcalde, y objeto de riquezas del director en turno. En los hechos, la Capama era una cueva de ladrones en donde hasta el más chimuelo mascaba rieles. Así lo dicen los trabajadores que cuentan historias de cómo los directivos hacían negocios con los proyectos hidrosanitarios mientras su nómina se abultaba con novias, amantes, sobrinas y maridos.
En consecuencia, la Capama no solo dejó de ser eficiente en lo que tenía como fin, que es el de dotar de agua potable a la población, sino que la infraestructura hidrosanitaria fue deficiente, escasa y de mala calidad cuando se llevó a cabo, situación que se fue heredando hasta el actual gobierno que encabeza Adela Román, quien ante la gravedad de las irregularidades, su administración, y la paramunicipal en lo particular, no se da abasto para resolver los problemas que de ello se derivan.
Nunca como en el actual gobierno municipal de Acapulco, la Capama trabaja en el desazolve y limpieza de colectores para reforzar el saneamiento de la bahía, reparación de fugas en acueductos y tuberías, y a la par de ello, mantiene una vigilancia constante para detectar descargas de aguas residuales que por años, y con la complacencia de las autoridades municipales, realizaban los grandes hoteles en detrimento del puerto.
Ciertamente los desagües de aguas negras en los canales pluviales que desembocan en la bahía de Acapulco, así como las descargas clandestinas directamente al mar, no son de ahora, es decir, no se iniciaron con el actual gobierno, sino que tienen, o tenían, muchos años, sin que las autoridades de entonces hicieran algo para remediarlas, siendo hasta ahora en que se están clausurando, como parte de una supervisión diaria para corregir el problema.
En este sentido, el derrame de este miércoles, como el ocurrido hace ya algunas semanas, es pues consecuencia de las irregularidades heredadas que de manera continua se van resolviendo, cancelando los desagües pero a la vez fincando responsabilidades. Y es que, alguien tenía que hacerlo.
Dice bien la alcaldesa porteña: para resolver los problemas de Capama, tanto en su área financiera y operativa, como en la red hidrosanitaria a fin de hacerla eficiente como en un principio, y en consecuencia, los acapulqueños tengan agua suficiente y se acabe con el problema de aguas negras que contaminan el mar, se requiere de una atención integral que requiere, además de compromiso y ganas de hacerlo, recursos suficientes.
Precisamente por ello es que recientemente presentó, junto con las autoridades de Capama un proyecto estratégico para resolver, de una vez por todas, la falta de agua en el puerto y el saneamiento integral de la bahía para evitar su contaminación, al secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer Falcón, así como a la directora general de la Comisión Nacional del Agua, Blanca Elena Jiménez Cisneros, en base al compromiso asumido recientemente por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Tengo la confianza que con el respaldo del Presidente serán solucionados los problemas en la infraestructura hidrosanitaria de Acapulco, que nunca se atendieron en el pasado”, dijo durante la reunión en la que también se contó con la presencia del gobernador Héctor Astudillo Flores que también ha puesto su parte en favor del Puerto.
Sin duda, por ganas, y trabajo de la alcaldesa Román Ocampo no queda. Sin duda está haciendo lo que le corresponde.
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