- Abelina. Sufragio efectivo ¿y reelección?
Por Guadalupe Rodríguez
Una vez revelada extraoficialmente la lista de aspirantes a la candidatura para presidente municipal de Acapulco por Morena, podemos ver nombres que destacan y otros que dan pena ajena, pero en el proceso interno democrático de éste instituto político veremos de todo.
Antes de Otis, los espectaculares, camiones, redes sociales y otros medios vieron desfilar rostros de personajes que pedían ser considerados para gobernar Acapulco en 2024 por Morena, claro, para que sea segura la inversión. La mayoría han buscado acercamiento al partido y la benevolencia de quienes, consideran, dependerá esa decisión.
Sin embargo en las encuestas, las reales y las pagadas, la puntera seguía siendo la actual alcaldesa de Acapulco.
Esa “preferencia” reconocida por propios y extraños hacía especular sobre muchos escenarios posibles para López Rodríguez. Un dedazo que la borre del mapa, al fin que en política todo puede pasar más aún considerando que Marcelo Ebrard está sin estar en la campaña de Claudia Sheinbaum; que la manden a la Cámara Alta, quizá incluso el Senado; que acepte abierta u ocultamente entregar su voto duro a la oposición en caso de no ser la ungida. Y la otra alternativa -¿por qué no?- la reelección.
¿Ganaría Abelina si fuera la candidata oficial de Morena?
Si el PRD en sus mejores tiempos hacía ganar a cualquiera, en Morena no sería distinto el panorama en 2024, aunque se desgarren vestiduras los del Frente diciendo que después del Otis Morena “cavó su tumba”. Sólo un mal candidato podría hacer perder a Morena en Acapulco.
Abelina como alcaldesa consiguió con presión y coacción someter a su Cabildo, hasta el edil más acérrimo como el caso de la regidora de MC -que en realidad representa sólo a Ramiro Solorio- entendió que nada ganaba con votar en contra, ya que su gestoría se veía mermada. La disputa con El Brother sólo quedó en “golpeteo” mediático. De los otros ni hablamos.
¿Es una realidad que Abelina se desplomó después del Otis?
En Acapulco no hay quién le gane a Abelina a pesar de lo que digan las últimas encuestas pagadas por otros aspirantes. Ya escribí mi opinión respecto a las encuestas en la anterior entrega. Ella y otro aspirante varón están en empate técnico, si acaso. Y si le sumamos la capacidad de movilizacion de ella y el otro aspirante. También empatan.
Abelina: el precio por participar.
Desconfiada hasta de su sombra, la alcaldesa no logró hacer equipo que incluyera otras fuerzas políticas morenistas y su apuesta por Marcelo Ebrard está aún en mesa de negociaciones. Los desencuentros con otros actores políticos de mayor peso en el partido y en el gobierno federal y estatal es un lastre que arrastra cada día. Por más que se esfuerza en disimularlos con boletines pagados. Esta exclusión primero voluntaria y luego forzada podría pesar en 2024.
Por otro lado, en su intento por no dejar pasar nada que ella no autorice en el Gobierno de Acapulco, la actual alcaldesa no se dio cuenta que en su fortaleza estaba también su talón de Aquiles. La titular de la Secretaria de Bienestar de Acapulco y el manejo centralizado y discrecional de recursos y programas que tiene en todo el Ayuntamiento. Cuando digo recursos también incluye el factor humano. De eso hablamos después.
Incluir en la lista de aspirantes a Leticia Lozano no es sino una prueba que en Morena Abelina no tiene seguro nada. Y el nombre del director de Capama, Hugo Lozano Hernandez, sobrino de ésta, lo reafirma.
Si pide incluirlos como candidatos en cualquier puesto de elección en el proceso electoral 2024 podría poner en riesgo su futuro político. Sobretodo si lo pone como condición para apoyar a otros personajes políticos de su partido en Acapulco. Y si así fuera los votos morenistas no estarían seguros.
El voto cruzado es una práctica muy común y Abelina ha sufrido en carne propia esas traiciones, sabe las ventajas y desventajas de negociar en esas aguas.
A la Abelina lideresa y gestora social que llena urnas y plazas públicas sólo le puede ganar la Abelina furiosa que no acepta negociar y que insiste en incluir a gente de bajo perfil pero confiable ante sus ojos. Y ese podría ser su grave error.