CHICOTAZOS

  • BADILLO Ruta 21 (La mala, la buena y la mejor)

Por Francisco Javier Flores V.

El 17 de julio del 2018, ya cuando habían pasado las elecciones y sólo quedaba la satisfacción de haber obtenido un honroso tercer lugar con más de 40 mil votos ganados limpiamente, el ex candidato a la presidencia municipal de Acapulco, Joaquín Badillo Escamilla, hizo una publicación en Facebook con varias fotografías en donde se observa una enorme laguna de aguas negras descargando a la bahía.

Las imágenes, aún disponibles en esa red social, están acompañadas del siguiente texto: «Teníamos un plan estratégico para acabar con esto. Hay diez como éste en nuestras playas de Acapulco. Ya no es un tema de imagen, para que vengan los turistas, sino un tema de Salud Pública. Desde nuestra trinchera, exigiremos al gobierno saliente y entrante, que tome cartas en el asunto. Las aguas pluviales y aguas negras no tienen la atención técnica y profesional que Acapulco merece».

A dos años de distancia, ya todos sabemos las consecuencias de no haber puesto atención a ese problema de manera prioritaria, al grado de que la alcaldesa Adela Román Ocampo ha tenido que tomar medidas drásticas, como el hecho de cesar de manera fulminante a todos los directivos de la CAPAMA y hasta a la directora de Ecología; sin embargo, el problema persiste y sigue sin atenderse.

Aquí, como cuando se tienen que dar noticias y el portador de ellas anuncia que hay una buena y una mala, y pregunta cuál es la que prefieren, les diría que de hecho hay tres noticias: Una mala, una buena y otra mejor.

La mala es que Jacko Badillo no ganó en el 2018. Diversos factores se combinaron, entre ellos la aplanadora llamada Andrés Manuel López Obrador, que hizo ganar no solamente la alcaldía de Acapulco, sino que arrasó en todos los cargos de elección popular en juego; la traición que se fraguó desde la misma presidencia municipal en turno, desde donde se llamó a la gente a no votar por él candidato de la coalición PRD, PAN y MC, y el derroche de recursos muy evidente con que operó otro candidato para allegarse votos.

La buena es que Joaquín BADILLO es una persona muy persistente, firme en sus objetivos. Como alguien preparado académicamente y con la experiencia en el ámbito empresarial, encabezando un consorcio de los más importantes de Guerrero, sabe que a grandes males, grandes soluciones, y al respecto cuenta no solamente con un diagnóstico, sino con un proyecto integral para transformar a la CAPAMA en el mejor organismo operador de agua en el país.

Jacko, como mejor se le conoce entre la banda acapulqueña, está plenamente convencido de que la oportunidad de gobernar es algo serio, de ahí que no quitará el dedo del renglón en ese afán de demostrarlo, por el amor profundo que le tiene a su tierra, a su querido Acapulco.
La mejor, sin duda, es que ya vienen los tiempos en que los ciudadanos tendrán que tomar, ahora sí, la mejor decisión. Vale.

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