- Privilegiar el diálogo como forma de gobierno de Evelyn Salgado
Por Roberto Santos
Disfrazado de manifestación por obras sociales, pero con la idea de meterle presión al gobierno del estado y al federal, fue la irrupción de los pobladores de algunas comunidades de la Montaña y de comunidades del municipio de Quechultenango.
Una demostración de poder en las calles de Chilpancingo, el día de ayer lunes.
Dicen los estudiosos que una de las manifestaciones del poder, es provocar miedo y hacer daño.
Y así fue.
Al menos para los escasos policías fue terrible por la andanada de piedras que sobre sus humanidades cayeron.
Además con el blindado que les quitaron a los policías tumbaron la puerta del Congreso y la del Palacio de Gobierno.
Hay quienes creen que más allá de esto, posiblemente la idea era buscar una provocación para que las fuerzas de Seguridad respondieran con una acción de fuerza.
Afortunadamente para todos, quien encabezaba el operativo de seguridad, con mesura dio la orden de replegarse para dar paso a la parte política: insistir en la negociación.
Y que dice el secretario General de Gobierno que los manifestantes evitaron.
Es decir, no querían negociar.
El paso hacia las calles de la ciudad capital generó incertidumbre y miedo en la sociedad.
La población se sintió vulnerable, como muchas veces que la violencia se despliega con su cauda de heridos y muertos.
Si bien es cierto que generó zozobra en la población de Chilpancingo, también ha quedado claro el talante negociador del gobierno que encabeza Evelyn Salgado Pineda y que cuidó caer en la provocación y afortunadamente no escuchó aquellas voces que pedían detener la marcha de los protestantes.
Viene a la memoria imágenes de Aguas Blancas o el caso Ayotzinapa, sucesos de gran impacto y dolor social para los guerrerenses.
Y que no se deben repetir.
Dicen que un líder político debe ser capaz de cuidar a los demás; es decir a la población que gobierna y no ponerla en riesgo bajo ninguna circunstancia.
Por eso es de reconocer que el gobierno del estado privilegie el diálogo como forma de gobernar, fomentando la comunicación constructiva entre líderes políticos, las instituciones gubernamentales y la sociedad civil.
Buscando consensos y conjurando los conflictos sociales.
El diálogo siempre va a ser la mejor herramienta para resolver conflictos en la sociedad. Al permitir que las partes involucradas expresen sus preocupaciones y busquen soluciones mutuamente aceptables, para prevenir o mitigar las tensiones sociales y promover la conciliación.
Seguir por esa ruta será mejor que responder con violencia a quienes pretenden demostrar su fortaleza mediante actos violentos.
Gracias al oficio político de la gobernadora fue como se logró recuperar a los agentes detenidos y liberar la autopista del Sol.
Y Chilpancingo logró recuperar la calma, abriendo los negocios y saliendo a las calles de nueva cuenta.
PARECE QUE BETO CATALÁN, EL LIDER DEL PRD EN EL ESTADO, no tiene memoria o vive una realidad alterna.
Pide la separación de cargo de la presidenta de Chilpancingo, como si el PRD fuera la encarnación del bien.
Acaso no sabe donde gobiernan sus presidentes municipales y ¿cómo se han comportado en los últimos meses?
¿O ya se le olvidó también que su jefe máximo, Ángel Aguirre, dejó el gobierno por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa?
Es el problema de no poder verse la cola.