Bajo Fuego

• ¿Pacto de unidad?

Por José Antonio Rivera Rosales

¿De verdad? ¿Evodio promueve un pacto de unidad y reconciliación? ¿A qué se refiere el exalcalde calentano?

Según informaciones que se han hecho públicas, en ese esfuerzo inclusive ha recorrido distintos puntos de la geografía guerrerense para promover ese supuesto pacto con la población que, carente de memoria de corto plazo, ingenuamente acude a los llamados de ese embaucador.

En una entrega reciente (Bajo Fuego 299), publicamos una infidencia de un miembro del equipo cercano del exalcalde quien, sin querer, reveló que Velázquez Aguirre sostuvo una reunión con quien se supone era su adversaria política, la entonces candidata morenista a la alcaldía, Adela Román, a la que le entregó cinco millones de pesos para ayudarla con sus gastos de campaña.

Escribimos entonces: “Es verdad que en algunas ocasiones los acuerdos extralegales permiten una transición sutil entre agentes en conflicto, pero muchas veces esos acuerdos se substancian de hecho como violaciones a las normas oficiales o éticas e inclusive constituyen hechos ilícitos.

“En el caso que nos ocupa fue posible conocer un acuerdo extralegal ocurrido en algún momento de la campaña política de 2018 por la alcaldía de Acapulco.

“Según la infidencia conocida, se trató de algún pacto privado entre quien en ese momento era la candidata de Morena, Adela Román Ocampo, y el alcalde en funciones Evodio Velázquez Aguirre, proveniente de las filas del PRD.

“De acuerdo con la revelación, ambos políticos sostuvieron un encuentro confidencial en el cual el joven político de la Tierra Caliente le entregó cinco millones de pesos a la candidata de Morena para ayudarla con sus gastos de campaña publicitaria.

“La historia posterior ya todos la conocemos: Adela ganó por amplio margen la contienda por la alcaldía a la sombra del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. En ese proceso comicial fue clara la influencia de Lopez Obrador lo que, sin embargo, no alcanzó para ganar la mayor parte de las alcaldías guerrerenses, aunque si le permitió lograr mayoría en el Congreso local.

“De resultar cierta la versión, habría que colegir primero quien cometió la mayor falta: Adela Román que recibió esa ayuda económica de quien se suponía era su adversario político, o Evodio Velázquez, quien traicionó a su propio partido político. Si la transacción se llevó a cabo en los términos mencionados, habría sido ¿a cambio de qué?

“Como no existe información adicional que nos permita saber los pormenores, sólo podemos deducir que fue un acuerdo financiero que permitiría a Evodio Velázquez cubrirse las espaldas luego de tantos reportes de corrupción en su gobierno.

“Un primer indicio en ese sentido podría ser que Adela mantuvo la red de funcionarios -entre 400 y 450 servidores públicos- instalados por el entonces alcalde en el municipio de Acapulco. Es la misma red que le ha servido al político del PRD como operadores políticos luego de su salida de la administración pública.”

Hasta aquí la referencia a esa revelación que al parecer no causó escozor ni incomodidad alguna entre las dirigencias partidistas de Morena, quizá porque se tapan con la misma cobija.
El caso es que Evodio traicionó a su partido, el PRD, para cubrirse las espaldas al terminar su gestión, que por cierto se caracterizó como una de las más sangrientas al extremo de que Acapulco llegó a ser considerado como uno de los municipios más violentos del país, con 70 homicidios al mes -muchos más de los que se cometen en la actualidad-.

Para abonar a la memoria pública habrá que recordar que antes de ser alcalde, Evodio Velázquez fue uno de los principales dirigentes de su partido, donde un grupo de liderazgos partidistas del que formaba parte, conocido como Los cuatro fantásticos, eran los que decidían las candidaturas para alcaldías y diputaciones.
Ese grupo fue el que palomeó la candidatura de José Luis Abarca a la alcaldía de Iguala, lo que después de choques y desencuentros de ese sujeto con grupos de izquierda devino en la desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa.
Quienes decidieron darle la candidatura a José Luis Abarca fueron Víctor Aguirre, Sebastián de la Rosa, David Jiménez y, desde luego, Evodio Velazquez, aunque tampoco queda libre de responsabilidad Lázaro Mazón Alonso -otro oportunista que de nuevo anda buscando la alcaldía de Iguala-, sin dejar fuera la parte que le toca a Jesús Zambrano Grijalba quien entonces, como ahora, dirigía el comité nacional del PRD.
Abarca, como acostumbraba hacerlo, comentó entre sus cercanos que la candidatura perredista a la alcaldía le costó algunos millones de pesos (claro, no iba a ser de gratis), dinero que según algunos investigadores provenían del narcotráfico, concretamente de fondos de los Beltrán Leyva.
Y después de toda la tragedia de Ayotzinapa, todos estos individuos andan como si nada debieran.
Entre ellos, Evodio Velázquez ahora promueve un supuesto pacto por la unidad y la reconciliación. Claro, porque quiere el escaño senatorial y se esfuerza por agrupar a sus cómplices -porque no se les puede llamar de otra manera- para alcanzar la postura que le permitirá vivir holgadamente del presupuesto.
No importa que para ello vuelva a engañar a miles de familias pobres y desinformadas, necesitadas de las dádivas que regalan los partidos para seguir usufructando el presupuesto público.
¿A dónde va a llegar esto? Por desgracia no existe una normativa que impida a este tipo de individuos alcanzar una posición tras otra, a pesar de su pésimo desempeño en la administración pública o en la función legislativa.
De la misma manera también existe un perfil de supuestos comunicadores que, usando al efecto las redes sociales, le hacen el caldo gordo a esta clase política parasitaria. Pobre México. Pobre Guerrero.

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