• Dignificar la política
Por Jacko Badillo
Nunca he negado mi aspiración de ser presidente municipal de mi querido Acapulco.
Y todos saben que no es algo que se me haya ocurrido ayer, o que como ya soy diputado ahora quiero brincarle a la alcaldía. Por supuesto que no.
Ser alcalde de la tierra que me vio nacer, es para mi –y creo que lo debería de ser para todos los acapulqueños y acapulqueñas bien nacidos- una legítima aspiración, un anhelo que he venido persiguiendo desde niño, y que comencé a buscar de manera formal a partir del 2015 en que participé por primera vez en un proceso electoral.
Más allá de mi pertenencia a un partido político como lo es Morena, al cual estoy infinitamente agradecido por haberme dado la oportunidad de estar representando a los acapulqueños dignamente en el Congreso del Estado, no es un secreto tampoco que para lograr mi propósito me he venido preparando en el terreno social, político y académico, combinados con experiencia administrativa.
Estoy consciente que tenemos que esperar los tiempos que marca el calendario electoral, porque somos respetuosos de las leyes y partidarios de la democracia y el respeto a quienes tengan también la misma aspiración; daremos la batalla, de manera civilizada, caballerosa y digna, con base en los valores que me inculcaron mis padres.
Habrá quienes recurran a la mentira o la calumnia para intentar desacreditarnos. Estense tranquilos, desde aquí les digo que no nos vamos a enganchar. De nuestra parte sólo verán trabajo, propuestas y resultados. Juguemos limpio. Dignifiquemos la política.
Mientras tanto… ¡Jálalo que es Pargo!