•Los alcaldes no se tocan por la ASF y ASE
Por Ricardo Castillo Barrientos
En los últimos días ha proliferado bastante información de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), sobre irregularidades en comprobaciones financieras de un determinado número de Ayuntamientos guerrerenses, que están sujetos a investigación de ese organismo fiscalizador del Congreso de la Unión.
Se refieren al desvió o inobservancia de una millonada de pesos dentro del Informe Individual de Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2021, donde se establece un probable daño a la Hacienda Pública Federal.
Ciudades como Acapulco, Zihuatanejo, Chilpancingo, Iguala y Taxco, tienen el mayor cumulo de observaciones con cantidades estratosféricas que hasta el momento no han sido solventadas, solo parcialmente. Señalan falsificación de facturas, pagos indebidos a proveedores y contratistas, entre otros delitos.
Tanto la ASF como la Auditoria Superior del Estado (ASE), informan con frecuencia sobre el inadecuado manejo de las finanzas municipales y su falta de transparencia; en franca violación a la normatividad y la comisión de probables actos de corrupción, en contratos de adquisiciones y servicios, obras públicas, entre otros. Muy independientes de los clásicos moches.
La espada de Damocles no se desenvaina y solo queda en amenaza de aplicar la ley con todo rigor. Hay una razón de peso político. Los diputados de todos los partidos defienden y protegen hasta la ignominia a sus alcaldes corruptos y no permiten que se les toque con el pétalo de una rosa; quedando las observaciones en el olvido y la impunidad. Entran pobres, salen ricos y siguen tan campantes disfrutando de sus riquezas mal habidas, sin ningún cargo de conciencia de despojar al prójimo.
En el caso particular de Guerrero, no se conocen sanciones severas aplicadas a presidentes municipales, cuando mucho son inhabilitados o amonestados y nadie pisa la cárcel. Tampoco resarcen el daño patrimonial causado a los Ayuntamientos.
Normalmente, los alcaldes entrantes hacen críticos señalamientos de corrupción a sus antecesores y no pasa nada. El respetable público anhela que se les aplique todo el peso de la ley y la justicia.
La mayor parte de la ciudadanía tiene la impresión que los organismos fiscalizadores y transparencia,- incluyendo las contralorías- son meros elefantes reumáticos como los califica el Presidente López Obrador, porque no cumplen con los fines para los que fueron creados. A nivel federal se dan venganzas políticas con quienes han caído en desgracia y son encarcelados, lo cual no sucede a nivel local.
Marea Baja.- En la remodelación del zócalo porteño están colocando auténticos adefesios de estructuras metálicas como puestos comerciales para los vendedores semi fijos, quienes se han apoderado de ese céntrico espacio ante la mirada complaciente de las autoridades. Era conveniente su reubicación en las calles adyacentes peatonales, con atractivos módulos de ventas y así dignificar su modo de vida al que tienen derecho.
Los comerciantes ambulantes, semi fijos o establecidos, se han adueñado de calles y banquetas por distintos rumbos del puerto, ofreciendo sus mercancías y dificultosamente se puede caminar por esas vías para peatones.
Marea Alta.- Muy alarmante está resultando la presente temporada de incendios forestales que cada vez son más intensos y frecuentes, abarcando miles de hectáreas, que no fácilmente pueden extinguirse, a pesar de sobre esfuerzos humanos.
La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Gobierno del Estado, permanece pendiente de los estragos causados, coordinando acciones institucionales con irrisorios resultados por la magnitud de los siniestros y la carencia de recursos humanos y materiales. Algunas lluvias anticipadas serían una bendición.
Se requiere trabajar con las nuevas y presentes generaciones para crear conciencia en materia de educación ambiental y así, en el futuro inmediato, disminuyan estas conflagraciones y no continúen en constante crecimiento como viene sucediendo en los últimos años. Mientras tanto, la SEG sigue dormida en sus laureles.
Maremoto.- Los alcaldes de Zihuatanejo, Iguala, Taxco y la alcaldesa de Chilpancingo, deben pensar seriamente en poner en marcha proyectos de ciclovías, como ya existen en muchas ciudades del mundo, cobrando gran importancia tanto para la salud física y mental, como para descongestionar la circulación vial y reducir los índices de contaminación atmosférica.
En Acapulco, hay tres ciclovías: Punta Diamante-Bonfil, Pie de la Cuesta-La Barra y una fallida, Malecón-Las Hamacas. Con la buena noticia que en este año se construirá la ciclovía Renacimiento-Zapata.
En la capital del estado resultó fallido el proyecto de la ciclovía sobre el río Huacapa. Por sus olores fétidos no es utilizada por los ciclistas.
Es tiempo que las autoridades municipales y estatal, ejecuten proyectos de esta naturaleza y de tipo ecológico, que mejoren el medio ambiente y las condiciones de vida de la niñez y juventud guerrerense y de toda la población.