•¡Es Jacko!
Por Francisco Javier Flores V.
Cuando en 2015 Joaquín “Jacko” Badillo Escamilla compitió por primera vez por la presidencia municipal de Acapulco, era conocido solamente como un empresario exitoso y un deportista destacado.
En ese entonces, la sociedad acapulqueña lo identificaba más como el joven nadador que desde niño había puesto muy en alto el nombre de su ciudad natal y de su estado en competencias nacionales e internacionales, ganando infinidad de trofeos y medallas, y como el fundador de la empresa insignia de la seguridad pública en Guerrero, reconocida incluso a nivel nacional por la calidad de su servicio: Jobamex.
Era Jacko entonces sólo un licenciado en Comercio Internacional por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, que a la par que presidía la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Acapulco, cursaba estudios de Maestría en Administración en la Universidad Americana de Acapulco y un diplomado en Alta Administración Municipal en la EGADE Business School del Tec de Monterrey.
Fue tras esa primera incursión en la política que, luego de que como abanderado del Partido Verde se negó rotundamente a aliarse con el PRI, que prácticamente le exigió a media campaña que declinara por el candidato priísta, que Badillo comenzó a ser atacado sin piedad en los medios de comunicación, en donde de la noche a la mañana le inventaron la mentira más grande que lo ha acompañado durante los últimos años, pues hay quienes aún la utilizan cuando carecen de argumentos para atacarlo: Que trataba mal a sus empleados de Jobamex, que no les pagaba, que los despedía injustificadamente.
Firme en sus convicciones, Jacko llegó al final de la campaña con el Verde (cuyos dirigentes no estaban tan contentos pues ellos querían que declinara por el PRI) y obtuvo poco más de 14 mil votos, suficientes para que el candidato de la alianza PRD-MC-PT, Evodio Velázquez Aguirre, le ganara al candidato del PRI, con una diferencia de alrededor de mil 800 votos. Es decir, si Badillo hubiera declinado, Evodio no habría sido alcalde.
Y es que Jacko siempre se ha identificado con la izquierda y la lucha social. No es fortuito que, desde la fundación de Jobamex, cuando ni siquiera pasaba por su mente incursionar en la política, adoptó como lema la frase “Hasta la Victoria Siempre”, del líder revolucionario Ernesto “Che” Guevara, y que a través de la fundación que creó casi a la par de su empresa, JACKOmienza A.C., se ha dedicado a ayudar a miles de acapulqueños, principalmente a familias que más lo necesitan.
Por eso en las elecciones del 2018, buscó abanderar al partido que en ese entonces más se identificaba con la izquierda en Guerrero, el PRD, ganando en el proceso interno, por medio de dos encuestas de sendas empresas reconocidas, la candidatura a destacadas figuras perredistas. Por cosas de la política, el PRD nacional en esa elección decidió por primera vez –contra toda lógica- aliarse con el PAN y apoyar a su candidato presidencial, Ricardo Anaya, razón por la cual a Jacko Badillo no le quedó más que hacer campaña con él en sus visitas a Guerrero. Fue algo obvio y lógico, pero que sus adversarios lo han utilizado para nuevamente atacarlo, esgrimiendo un argumento ridículo: “Le levantó la mano a Anaya”. Lo absurdo hubiera sido que no se presentara a los eventos del candidato presidencial, pues él era el abanderado a la alcaldía por la misma coalición que impulsaba a Anaya, PRD-PAN-MC. Las circunstancias así se dieron y eso nadie lo puede cambiar.
El resultado de esa elección todos lo sabemos. El fenómeno Andrés Manuel López Obrador, de la mano de Morena arrasó y a Jacko solamente le quedó la satisfacción de haber crecido exponencialmente en votos, pues de los 14 mil que obtuvo en la primera, en la segunda subió a más de 40 mil, además de que le sirvió para conocer la deslealtad y vil traición que le jugaron muchos perredistas, comenzando con el que en ese entonces gobernaba el municipio, y quien tres años antes había ganado gracias a que Jacko no declinó por el PRI.
Otra gran satisfacción para Badillo ha sido comprobar que también en los resultados de las encuestadoras siempre aparece en los primeros lugares de conocimiento y popularidad. Es así que en el pasado proceso electoral por la alcaldía porteña, en el 2021, ya con su doctorado en Administración Pública y Ciencia Política y después de nuevamente poner en alto el nombre no solamente de Acapulco y Guerrero, sino de nuestro país, al conquistar medalla de plata en el Campeonato Mundial de Pesca Deportiva en Sudáfrica, aceptó la invitación para participar en Morena y buscar nuevamente la presidencia municipal.
Y es que los números lo respaldaban. De los aspirantes varones era el que punteaba en las encuestas, al grado de llegar a un empate técnico con la entonces diputada federal Abelina López. Finalmente las altas esferas morenistas decidieron que en Acapulco repitiera el género femenino y la aspiración de Badillo nuevamente se vio truncada.
Sin embargo, con ese arraigo y popularidad, la dirigencia de Morena lo miró como un importante activo político que sería un gran error dejarlo ir, y le propusieron, a manera de premio de consolación, ir en la lista de diputaciones plurinominales, a lo que Jacko de inmediato se negó. Si participaba, sería para ganar en urnas, y fue por eso que se decidió que compitiera por el Distrito 9 local. La historia a partir de ahí todos la conocemos. Nuestro personaje es, por mucho, el mejor diputado de Acapulco, y uno de los mejores que tiene Morena en el Congreso de Guerrero.
Así, cuando el 2024 se acerca, con una mejor preparación académica, mucho más experiencia política y administrativa, mayor conocimiento del territorio y un posicionamiento envidiable entre los diversos sectores de la sociedad acapulqueña, la posibilidad de concretar ese viejo anhelo de encabezar la administración municipal parece estar más cerca que nunca. Vale.