•Reportaje especial
Iguala, Gro., 29 de enero de 2023. El 13 de septiembre de 1813 en la villa de Chilpancingo, hoy capital del estado, fue plantada la semilla del constitucionalismo en México, con la instalación del Primer Congreso de Anáhuac y la proclamación de los Sentimientos de la Nación del Generalísimo José María Morelos y Pavón, hechos que marcarían un antes y un después en el sistema político del país.
Desde ese momento, el tránsito hacia la creación del primer Congreso Constituyente de Guerrero tuvo que esperar 37 años, lapso en que hombres y mujeres del sur abanderaron la causa liberal para lograr la independencia y la germinación de lo que hoy es la República Mexicana.
Este 30 de enero se cumplen 173 años de dicho evento que convirtió, por breve tiempo, a Iguala en la capital del estado y sentó las bases para lo que hoy es la entidad suriana.
Los historiadores igualtecos Florencio Benítez González y Guillermo De La Cruz Issa coinciden en que este precedente es de suma importancia, porque con la instalación del Primer Congreso Constituyente se configuraron los tres poderes de Estado, a través de la aprobación de la Ley Orgánica Provisional y la publicación de la primera Constitución del Estado Libre y Soberano de Guerrero de 1851.
El recorrido histórico
Después de haberse consumado la independencia en 1827, los conflictos sociales se mantuvieron durante muchos años en México, particularmente en el sur.
Con la entrada en vigor de la primera Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, el 4 de octubre de 1824, la nación mexicana quedó integrada por entidades territoriales sujetas a un régimen republicano democrático. Sorpresivamente, el sur no figuró de inicio como una entidad federativa.
Esta tercera década del siglo XIX fue una etapa convulsa que derivó en la traición y fusilamiento del segundo presidente de México, el caudillo consumador de la independencia nacional: Vicente Guerrero.
En ese complejo escenario, Juan Álvarez y Nicolás Bravo, correligionarios y amigos leales del General Vicente Guerrero Saldaña, decretaron su intención de honrar el sacrificio del caudillo, iniciando una lucha jurídica y política en busca de constituir las tierras del sur como entidad libre y soberana de México.
Dentro de los objetivos de Álvarez y Bravo estaba consolidar el poder público en este territorio para tener instituciones y autoridades cercanas que coadyuvaran a contrarrestar el abandono ancestral.
“El sur había sido protagonista de los hechos de la independencia; sin embargo, era una región abandonada que inclusive no tenía ni representantes a nivel diputados en el Congreso Nacional”, refiere el historiador Florencio Benítez.
El proceso de creación del estado de Guerrero no fue sencillo. La historiadora Áurea Commons, en su artículo “Gestación y nacimiento de un estado: Guerrero”, señala que entre las negativas del gobierno federal para crear la nueva entidad estaba que el sur carecía de recursos económicos para sostenerse por sí mismo, aunado a la vigencia de un régimen centralista que buscaba el control de todas las regiones del país.
No fue hasta el 14 mayo de 1847 cuando el Congreso Nacional decretó la Ley denominada Acta Constitutiva y de Reformas de los Estados Unidos Mexicanos, donde se discutió la división territorial y se trató la creación de Guerrero.
La nueva entidad quedaría conformada con los distritos de Acapulco, Chilapa, Taxco y Tlapa, así como la municipalidad de Coyuca, demarcaciones que pertenecían a los estados de México, Puebla y Michoacán. Estas entidades se mostrarían renuentes y no cederían con facilidad sus territorios, sino hasta el 27 de octubre de 1849, cuando el presidente José Joaquín de Herrera decretó la creación del Estado Libre y Soberano de Guerrero, el cual fue ratificado por las legislaturas locales en favor de la nueva demarcación.
“En Oaxaca estaba gobernando Benito Juárez; a él le gustó la idea de crear entidades con el nombre de héroes de la independencia, como el caso de Guerrero, que es la única entidad que lleva el nombre de un expresidente de la República; y cuando Juárez es presidente de nuestro país, con él se crea Hidalgo y Morelos como entidades”, destaca el historiador Guillermo de la Cruz.
Aprobada la erección del estado, fue nombrado el General Juan Álvarez como gobernador provisional, con la misión principal de convocar a la elección del Congreso Constituyente para elaborar una legislación local que ostentara la representación popular y estableciera las leyes pertinentes para la sana convivencia social y la gobernanza.
Iguala fue designada la primera capital provisional del estado, lugar donde se reunirían ilustres hombres de diferentes regiones para establecer la primera Legislatura de Guerrero.
Instalación del Primer Congreso Constituyente de Guerrero
Respecto a la conformación del Primer Congreso Constituyente de Guerrero, Florencio Benítez señala que este ejercicio se llevó a cabo mediante una elección indirecta y por etapas. Las designaciones se realizaban a través de asambleas, donde se seleccionaba a los “notables”; es decir, personas destacadas por poseer experiencia militar, preparación política y académica, liderazgo, ascendencia y presencia en ciertos territorios, entre otras cualidades que los hacían merecedores de ocupar el cargo.
Guillermo De La Cruz comenta que en la conformación de los integrantes de la Legislatura, Álvarez buscaba un equilibrio en las fuerzas políticas del sur. “En el caso de Nicolás Bravo, lo incluyen como diputado a pesar de ser su rival político. Hay otra versión no confirmada de que invitó a un hijo de Agustín de Iturbide para que fuera legislador, pero no existieron las condiciones”, detalla.
La elección formal de los primeros diputados de Guerrero fue el 5 de enero de 1850, dando por resultado 11 electos y 11 suplentes, los mismos que fueron citados para finales del mes, a efecto de llevar a cabo la instalación del Congreso.
Rindieron protesta al cargo ese 30 de enero de 1850, Diego Álvarez, Nicolás Bravo, Juan José Calleja, José María Añorve de Salas, Félix María Leyva, Ignacio Castañón, Miguel Ibarra, Ignacio Cid del Prado, Eugenio Vargas, Tomás Gómez y José María Cervantes, y como suplentes Manuel Gómez Daza, Antonio Cano, Carlos Bravo, Miguel Quiñónez, Mariano Herrera, Agustín M. Patiño, Juan Bautista Solís, Isidro Román, Luis Guillemaud, José Sierra e Ignacio Zamora.
Disputaron la Presidencia del órgano legislativo Diego Álvarez y Nicolás Bravo, siendo designado el hijo del gobernador Juan Álvarez.
Las primeras tareas del Congreso Constituyente
La instalación del Congreso Constituyente dio pauta al proceso de configuración institucional de la entidad.
Destacan de entre los primeros decretos aprobados el que declara de solemnidad nacional en el estado el 2 de marzo, el 14 de febrero y el 30 de enero. La primera fecha, para conmemorar la Consumación de la Independencia de México en 1821; la segunda, por el fallecimiento de Vicente Guerrero, en 1831, y la tercera por la instalación del Congreso Constituyente de Guerrero, en 1850.
Aún instalado en Iguala, se expidió también la Ley Orgánica Provisional para el Arreglo Interior del Estado de Guerrero, el 16 de marzo de 1850, cuyo contenido formula las bases y organización del Gobierno y de la administración pública, como un ordenamiento temporal, en tanto se perfeccionaba la primera Constitución del Estado de Guerrero.
Primera Carta Magna
Iguala no sería la capital del estado de manera permanente. El 21 de marzo de 1850, un decreto del propio Congreso Constituyente trasladó los poderes del estado a Tixtla, conocida también como Ciudad Guerrero, pensada en ser la capital definitiva de la entidad, por ser la cuna del General Vicente Guerrero.
Desde el inicio en Tixtla, el proceso de creación de la primera Carta Magna significó álgidos debates entre los constituyentes; sin embargo, la epidemia de colera de 1850 y su alto grado de propagación detuvo las actividades del Congreso.
Fue hasta el 26 de junio de 1851 cuando se expidió la primera Constitución Política del Estado de Guerrero, andamiaje político, jurídico y social que plasmó la libertad, independencia y soberanía del estado de Guerrero en cuanto a su régimen interior.
El documento estableció también que el Poder Legislativo tendría entre sus facultades importantes la de presentar iniciativas de leyes federales, aprobar el presupuesto, las contribuciones, revisar la cuenta pública y ser jurado para formar causa contra el gobernador. Su renovación sería por mitad cada 2 años, y los requisitos para ser diputado eran ser mayor de 25 años y tener una renta anual de 500 pesos.
A 173 años de la instalación del primer Congreso Constituyente de Guerrero, la LXIII Legislatura evoca a los guerrerenses que tuvieron la sensibilidad de sintetizar los anhelos históricos y las luchas del Sur, para plasmarlos en los documentos fundacionales de la entidad.
El legado
El Congreso de Guerrero es el espacio histórico de la discusión y el debate, coinciden los historiadores Benítez y De La Cruz. Consideran que este parlamento, por antonomasia, refleja el noble ideario de Morelos; sus miembros asumen la valentía y tesón del General Guerrero; el carácter osado y leal de los Bravo y los Galeana, y las virtudes y visión política de Álvarez el reformista, impulsor del Plan de Ayutla y la Constitución de 1857.