Ejercer periodismo
crítico en Guerrero puede costar la vida: Bernandino Hernández

•La justicia es a medias o prácticamente nula para quienes han sufrido delitos por ejercer el oficio, señala el reconocido fotoperiodista

Por: Dipna Cartagena Cruz y Ricardo Corte Rojas

Con cerca de 38 años en el oficio, el fotoperiodista Bernandino Hernández Hernández es un ícono y referente para quienes estudian o incursionan en el periodismo en Guerrero.
Para él, al hablar en la víspera del Día Internacional del Periodista a celebrarse este 4 de enero, “no hay nada que festejar mientras no se pase del discurso político a los hechos de que en todo México existan garantías y se haga justicia a quienes ejercemos el periodismo crítico sin temor a ser etiquetado, amenazado o hasta asesinado”.
Más de una docena de reconocimientos y premios a nivel nacional e internacional forman parte de su amplio currículum vitae como fotoperiodista, resultado de su perseverancia, audacia, valentía y visión al momento de oprimir el botón de su cámara para que se abra el obturador y captar una imagen que podría decir más que cientos de palabras, Bernandino Hernández, mejor conocido entre sus cuates de gremio como El Charal, lamenta que en Guerrero han llegado gobiernos de alternancia con el mismo discurso político comprometedor de respetar y garantizar los derechos consagrados para la libertad de expresión y el ejercicio periodístico, “pero lamentablemente sólo ha existido una justicia a medias o prácticamente nula en la mayoría de los casos de compañeros que han sido víctimas de delitos, dice”.
Añade que «entre esos casos está el del compañero comunicador Alfredo Cardoso Echeverría, quien fue víctima de un asesinato con todas las agravantes de la ley. Si bien es cierto que hay un detenido y procesado, también lo es que la sentencia de 13 años de prisión que le dictó un juez federal el pasado nueve de agosto ha sido considerado como una afrenta al gremio periodístico, además de que hace suponer que existe un manto de impunidad gubernamental hacia los demás copartícipes en ese crimen registrado en octubre de 2021 y cuyos nombres obran en el expediente del procesado sin que se les trate de ubicar para encarcelarlos ”, dijo en tono molesto el corresponsal de la revista nacional Proceso.
Bohemio de afición y anfitrión de reconocidos reporteros internacionales, que lo han contactado para conocer su forma de trabajar y apoyarse en él para reportajes especiales sobre la violencia imparable en Guerrero para medios impresos o electrónicos, desde países asiáticos, europeos y de otros continentes, El Charal reconoce que cada día sale de su domicilio “con el temor de sufrir algún atentado por publicar temas delicados como la criminalidad en Guerrero, donde la tortura y la saña con que se mata se da en cualquier hora y lugar en agravio de menores, jóvenes, minusválidos, hombres y mujeres de distintas edades”.
Reconoce que el gozar de medidas cautelares a través del mecanismo nacional de Protección a Periodistas, que le fue proporcionado desde junio de 2018 al huir de Guerrero a la Ciudad de México al sufrir amenazas y golpes por un trabajo periodístico, y por cuyos hechos en su denuncia penal responsabilizó al ex gobernador Héctor Antonio Astudillo Flores, “no es ninguna garantía de que respeten mi trabajo y mis derechos humanos, pues existen casos en los que compañeros fueron asesinados teniendo ese mecanismo de protección”.
Por ello dice que en el Día Nacional del Periodista y en el de la Libertad de Expresión a celebrarse este 4 de enero, el Estado debería cambiar “ese trillado discurso de ser respetuoso y el compromiso de garantizar seguridad a quienes ejercen la loable y riesgosa labor de comunicador por resultados concretos de investigación, encarcelamiento y sentencias ejemplares para quienes de manera intelectual y material han amenazado, atentado o asesinado a periodistas.
“Los periodistas ya no queremos paliativos de los gobiernos porque hemos visto que la alternancia en el poder ha sido con los mismos discursos de los gobiernos pasados, prueba de ello es que en mi caso la autoridad investigadora nunca me ha citado para decirme qué aportar o en qué estado se encuentra la carpeta de investigación iniciada en contra del ex gobernador Astudillo Flores, lo que me hace concluir que el manto de la impunidad hacia ese alto personaje político guerrerense está por encima de la justicia y el respeto al trabajo de los periodistas”, dice el buen Berna mientras revisa las cámaras de seguridad instaladas en el acceso de su domicilio, donde han pernoctado reporteros internacionales después de acompañarlos largas horas de labor para que cumplan con el trabajo encomendado.
En su “chante”, como dice él a su casa, hay desde cervezas, tequila, mezcal, whisky y puros para mitigar un poco el cansancio. Distintos premios nacionales e internacionales se aprecian en diferentes puntos de su sala. “Este es mi refugio carnal, es mi encierro y casa de oración para que Dios me proteja porque al día siguiente hay que buscar la foto periodística con el profesionalismo y estricto respeto a los derechos humanos de las víctimas, factores fundamentales para que organizaciones no gubernamentales de talla nacional e internacional me reconozcan y me premien”.
Con su larga melena de caireles y sentado en uno de los sillones de la sala, sin playera, con un caballito de tequila en mano y la mirada al techo, el entrevistado dice que a pesar de todo no pierde la esperanza de que algún día llegue alguien a gobernar con una mentalidad distinta a la actual, donde no se fomente el odio, no se descalifique, no se difame ni se crean condiciones de confrontación desde las altas esferas del gobierno hacia los periodistas, porque “es muy lamentable que esto suceda en la actualidad y que podrían ser factores de las incidencias delictivas en agravio de comunicadores de todo el país”.
De las distintas etapas de su vida personal y de su amplia trayectoria profesional como un periodista emanado de talleres de medios locales impresos, se podrían escribir varios tomos, pero prefiere levantarse y mostrar algunos de sus premios y reconocimientos que contados fotoperiodistas de México podrían igualarle, principalmente por aquellos que posee de talla internacional como el recibido como corresponsal de guerra en Bosnia-Herzegovina.
En ese país, localizado al sureste de Europa, en el evento celebrado del 26 de junio al 2 de febrero de 2016, Bernandino Hernández recibió un libro con fotografías de corresponsales de guerra como Enric Martí, Enrico Dagnino y John Jones, quienes también fueron premiados. “En esas fecha, por suerte, me tocó cubrir con Enrico Dagnino el atropellamiento masivo de más de 90 personas en Nisa, una ciudad que forma parte de Europa, ubicada al noreste de Italia”, recuerda.
En su recuento de premios internacionales recuerda que los ha recibido en Italia, Francia, Barcelona y Estados Unidos, donde incluso fue invitado y dio una conferencia en una universidad a jóvenes estudiantes de periodismo, todos ellos con un gran valor para él “porque no es nada fácil que organizaciones internacionales de periodistas te reconozcan públicamente por tu labor de informar de manera veraz, oportuna y con un alto sentido de responsabilidad de respeto a los derechos de las víctimas”.
“La violencia y los asesinatos no son hechos únicos en México, muy cierto, pero también es cierto que no se puede vivir culpando siempre a los gobiernos pasados cuando se hizo un compromiso con la sociedad de garantizar seguridad y de aplicar la ley a quienes se aparten de ella. Los periodistas no tenemos por qué ser cómplices de ningún gobierno que no garantice el respeto a la libertad de expresión y al ejercicio de la actividad periodística. Han matado a muchas voces, pero también hay muchas voces que seguiremos con nuestro compromiso social de informar a costa de nuestra vida”, subraya Hernández Hernández, a quien en septiembre de 2016 el entonces secretario general de la Delegación 25 en Acapulco del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), José Julio Vázquez Hernández El Chicharrón, le entregó un merecido reconocimiento “por su trayectoria periodística en pro de la sociedad guerrerense, a unos días de que El Charal regresara de Bosnia.
La tarde cae, la oscuridad por el sol que se oculta en el horizonte hace que el destacado fotoperiodista prenda las luces de su sala para continuar con su relato de los premios nacionales e internacionales que cualquiera se sentiría orgulloso, pero a pesar de esos logros sigue siendo el mismo que ejerce esta peligrosa actividad del periodismo: sencillo, amigable y anfitrión con los colegas locales, nacionales e internacionales que lo contactan para entrevistarlo o para ser guía de reportajes especiales.
Como se dijo líneas arriba, hablar de Bernandino Hernández Hernández se necesita mucho espacio por su amplia trayectoria periodística y sus bondades, por lo que al detenernos en su último galardón que recibió en la ciudad de México el pasado 7 de diciembre de parte del Club de Periodistas en el Certamen Nacional e Internacional de Periodismo en la categoría de Foto Reportaje por un trabajo publicado en el medio Proceso, nuestro entrevistado se muestra contento por haber tenido el gusto de convivir con compañeros comunicadores de distintos medios nacionales impresos y electrónicos, entre ellos Jorge Garralda, del programa A Quien Corresponda.
Sabemos que es tarde y vemos al Charal cansado porque no se esperaba nuestra visita, pero tiene aliento para agradecer a las organizaciones de periodistas nacionales e internacionales que han reconocido su trabajo donde no pone el ojo y la bala, sino busca informar a la sociedad los lamentables acontecimientos que se viven en Guerrero y que por ello ha tenido que sufrir amenazas y agresiones físicas, pero a pesar de ellos, insiste, seguirá en esa ruta “hasta que Dios me lo permita”.

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