•En equipo es mejor
Por Francisco Javier Flores V.
Por mucho tiempo los guerrerenses -y acapulqueños en particular- estuvimos acostumbrados a tener representantes en el Congreso del Estado que eran una especie de golondrinas: Aparecían solo por temporadas, concretamente en tiempos de campaña, como candidatos.
Los partidos los postulaban, recorrían comunidades y colonias repartiendo promesas a diestra y siniestra, la gente se ilusionaba y votaba por ellos en los distritos electorales y después de ganar ya no se les volvía a ver.
Lo único que se sabía después de ellos era que los susodichos se instalaban cómodamente en el mullido sillón de su curul y a lo que se dedicaban era a alzar la mano cada vez que se lo indicaban. Diputados levantadedos, les llamaban.
Hoy las cosas han cambiado, quizá no completamente, pero ya no es lo mismo. La sociedad pensante y demandante es cada vez mas participativa y exige a sus representantes que den resultados, que cumplan sus compromisos y, sobre todo, que no se olviden de la gente del territorio que los eligió.
Si a ello le agregamos que algunos de esos representantes son surgidos de la misma sociedad civil, es lógico que la situación sea diferente, porque quienes llegan ya no van sólo a calentar los sillones o a levantar el dedo, sino a trabajar de verdad, sin simulación, en beneficio del pueblo.
Es el caso del diputado local Joaquín «Jacko» Badillo Escamilla, un personaje que si bien ha buscado (sin suerte) servir a sus paisanos abanderando otros partidos políticos, hoy para fortuna de los guerrerenses y acapulqueños recibió la oportunidad de Morena para ser diputado local y él, como ha sabido hacerlo desde su faceta de empresario y como ser humano, está correspondiendo con creces.
Solamente hay que conocer un poquito de su agenda diaria para corroborar que el Distrito 9 local está muy bien representado, no solamente por el quehacer legislativo que lleva a cabo, a través de la comisión que preside y las otras de las que es integrante, sino también realizando una intensa labor de gestoría cuyos resultados, en apenas un año, ya se están reflejando en hechos concretos.
Calles pavimentadas, rehabilitación de parques, rescate de espacios públicos, ayudas a escuelas, gestión para reparar drenaje y alcantarillado, apoyo para acceder a los programas sociales, entre muchas otras cosas, son sólo muestra de las acciones que cotidianamente lleva a cabo, con una asombrosa disciplina para cubrir jornadas de trabajo que inician antes del amanecer y concluyen pasada la medianoche.
No es exagerado afirmar que en estos momentos no hay, entre los representantes de Acapulco en el Congreso uno que le iguale en trabajo y, sobre todo, en resultados.
Por si esto fuera poco y para fortuna de los acapulqueños, Jacko Badillo ha hecho una excelente mancuerna con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, compaginando el quehacer legislativo con los esfuerzos que hace la jefa del Ejecutivo, lo que ha facilitado las gestiones, haciendo que los apoyos lleguen directos a donde realmente se necesitan.
No ha faltado quien sugiera que si el llamado Pargo de Acapulco fuera el presidente municipal de Acapulco, habría una colaboración más estrecha entre el municipio y el gobierno del estado, lo cual indudablemente se traduciría en mayores beneficios para todos.
Y todos sabemos que las cosas en equipo siempre salen mejor y que es un hecho que Evelyn y Jacko van juntos y de la mano. ¿Será que esto pueda concretarse en el 2024? Vale.