Puerto Marqués: Fue por comida a la cocina comunitaria, regresó con silla de ruedas para su hija

  • Después de 10 meses de permanecer estática en cama por anemia drepanocítica, finalmente Ruth Hernández, de 22 años, podrá desplazarse con la ayuda de una silla de ruedas, facilitada por Marichuy Mendoza, directora del DIF Acapulco

Por Dunia Bazán/ Códice 21

Con la preocupación latente por el estado de salud de su hija menor Ruth Hernández Salinas, la crisis sanitaria por Covid-19, sin trabajo… por el desplome turístico; Guadalupe Salinas acudió este miércoles a la cancha de Puerto Marqués, en donde fue instalada desde hace tres semanas, una de las 28 Cocinas Comunitarias del gobierno de Acapulco.

Con el traste casi lleno de caldo rojo de res con papa, ella ya contaba con el almuerzo para su familia y la -promesa cumplida- de una silla de ruedas para su hija, que fue diagnosticada desde los nueve años de edad con una enfermedad congénita que deforma sus glóbulos rojos, denominada anemia drepanosítica que no tiene cura. Guadalupe rezaba que le quedara la silla a Ruth que es una adulta y la silla es de tamaño infantil.

“Como aquí está la directora del DIF, (Marichuy), uno de mis vecinos me dijo que le pidiera a ella ayuda, que de por sí ellos donan a la gente cosas y sobre todo a los niños con discapacidad, es por ello que le pedí la silla de ruedas para mi hija, pero no estaba tan segura que me la fueran a dar porque ya he tenido otras experiencias», relató Guadalupe Salinas, mientras empujaba el aparato color azul cielo, de dos ruedas, camino a su casa. Lloraba de la emoción.

Recién bañada con el cabello cepillado, complexión delgada, tono bronceado, Ruth aguardaba recostada sobre sábanas blancas en el patio de su casa, que acababan de barrer. Se encontraba quizá apenada. Los ayudantes inflaron las llantas de la silla con la bomba que el aparato llevaba integrada y mientras revisaban los seguros de los neumáticos, luego de dos cuartos de hora, Ruth comenzó a platicar…

«Terminé el bachillerato. Tengo 22 años de edad y trabajaba en una mueblería en la zona Diamante, pero dejé de caminar en junio del año pasado. Estoy en tratamiento en el hospital “Vicente Guerrero” y es la primera vez que recibo un apoyo», cayó.

¿Y piensas seguir estudiando?, cuestionó la directora. «Voy a estudiar enfermería. Este año no entré porque me pedían 30 mil pesos pero voy a volver a intentarlo», dijo convencida.

La anemia drepanocítica altera los glóbulos rojos, cambia su forma de redonda a media luna y aunque hay tratamiento, es un padecimiento que no tiene cura y se controla con transfusiones de sangre y trasplante de médula ósea. Es una enfermedad que se agrava con el paso del tiempo y debilita al paciente. La esperanza de vida es de 40 años.

… Una vez ajustado el aparato, el papá de Ruth la sostuvo con sus dos brazos y la colocó sobre el asiento en donde su cuerpo cupo perfectamente. Sus pies inmóviles fueron puestos en el reposa pies y un cinturón grueso que sobresalía del chasis, abrazó su cintura para mantenerla sujeta.

Marichuy Mendoza pidió el acta de nacimiento y la CURP de Ruth para ver en qué programa puede postularse y recibir algún tipo de apoyo del DIF municipal y no desaprovechó la oportunidad para mencionar que la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, “es una mujer sensible ante las necesidades de los ciudadanos y no repara para ofrecer todo los apoyos posibles. La primera edil es una mujer de mucha convicción y muy trabajadora que lucha todos los días para sacar adelante Acapulco”, manifestó.

Ruth se despidió con lágrimas que intentó secar con sus manos delgadas. No expresó gesto alguno durante la visita, pero el café de sus ojos transmitía: «Estoy de pie”…

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