- Contingencia y «líderes»
Por Francisco Javier Flores V.
Siempre se ha exigido a los servidores públicos -de cualquiera de los tres órdenes de gobierno- que desquiten el sueldo que devengan. Incluso, se les hace ver que su encomienda no conoce de horarios, descansos ni días festivos, que deben estar dispuestos las 24 horas del día porque «para eso se les paga».
Por eso me parece absurdo y fuera de lógica el reclamo del restaurantero de Pie de la Cuesta, Joel Castillo Gómez al coordinador de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Acapulco, Juan Carlos Manrique García, cuando se encontraba, al frente de una brigada de trabajadores, entregando apoyos alimentarios a familias de la colonia Jardín, a las 8 de la noche, como parte de las acciones implementadas por el Gobierno Municipal para hacer frente a la emergencia sanitaria por el COVID-19.
En un video al parecer tomado por el propio Joel y difundido en redes sociales por él mismo este lunes 13 de abril, se escucha su voz fuera de si, desquiciada, gritando una y otra vez «corrupto», acusando al funcionario de entregar esos apoyos «en lo oscurito» (obviamente que a esa hora está oscuro) y que con esa acción Manrique estaba «diviendo a los liderazgos». ¿Por qué el enojo del señor Castillo? Veamos.
Por la mañana del mismo lunes, lo cual consta en otro video que también circula en redes sociales, funcionarios del Ayuntamiento que encabeza Adela Román Ocampo etregaron despensas a un grupo de vecinos y restauranteros de Pie de la Cuesta encabezados ¿adivinen por quién? Adivinó: Por Joel Castillo Gómez. Ahí, se observan todos felices y contentos, Joel hasta se aventó palabras de agradecimiento al secretario General, Ernesto Manzano y al propio Juan Carlos Manrique. ¿Y por qué estaba contento y agradecido el «líder» con los funcionarios? Sí, acertó también: Porque él se estaba «parando el cuello» ante la gente, «su» gente.
Ahí está la clave del enojo de Castillo, autonombrado presidente de un llamado Congreso(?) Ciudadano de la Zona Poniente, cree que toda esa parte de Acapulco le pertenece, que las acciones que ahí se realicen deben ser avaladas por él y que los apoyos que ahí se entreguen deben ser a la gente que él diga. A eso seguramente se refiere cuando acusa a Manrique de «dividir a los liderazgos», cuando el funcionario junto a los empleados municipales lo que estaban haciendo era entregar el apoyo alimentario directamente a los beneficiarios.
Por eso, al calor de su arrebato de histeria, al ver que no lo estaban tomando en cuenta en esa repartición, no le importó lanzar sin fundamento la acusación de que el funcionario lo estaba haciendo «porque quiere ser diputado por ese Distrito», algo totalmente absurdo.
Lo que es un hecho, es que al parecer Joel Castillo Gómez aún no ha digerido el trago amargo de haber sido sacado de la nómina municipal en donde se mantenía hasta el gobierno anterior, sin que se tuviera conocimiento bien a bien cuáles eran sus funciones.
No tengo el gusto de conocer a Juan Carlos Manrique, desconozco por tanto su carácter, pero en el video se observa claramente quién es el violento, el que vocifera, el que grita. De Joel, es de dominio público su carácter explosivo, sus arrebatos de histeria y sus antecedentes de rijoso. No es fortuido que hasta en dos ocasiones haya sido recluido en la cárcel, una de ellas en noviembre del 2009, al encabezar un bloqueo en la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, y la otra en agosto del 2015, cuando elementos de la Policía Ministerial lo aprehendieron en cumplimiento a una orden por ataques a las vías de comunicación y daños a un ciudadano.
En el fondo, este episodio debe servir de experiencia al gobierno municipal para no confiar en esos supuestos «liderazgos» que aprovechan cualquier situación, como en este caso la contingencia, para llevar agua a su molino. Generalmente son individuos que no tienen palabra, no respetan acuerdos y buscan cualquier oportunidad para seguir sacando provecho. Vale.