- De calcomanías y trabajo en equipo
Por Francisco Javier Flores V.
La estrategia de entregar los apoyos alimentarios de manera directa en los hogares fue sin duda una decisión acertada del Gobierno Municipal de Acapulco que encabeza la presidenta Adela Román Ocampo, pues de esta manera se garantiza que el beneficio llegue a quienes más lo necesitan, además de que se evita que líderes sin escrúpulos lucren económica o políticamente con ellos.
Pero también, es una forma de que las autoridades palpen en el lugar de los hechos el sentir de la población, conozcan de manera directa la situación en la que se encuentran las familias en donde algunos de sus integrantes se ven impedidos de salir a buscar el sustento diario, sobre todo en aquellos hogares que van al día y con uno o dos días que no obtengan ingresos hacen crisis.
Definitivamente, entregarlos a representantes o «líderes» no es una buena idea, como tampoco hacerlo en convocatorias masivas, tanto por la exposición al peligro de infección del COVID-19 para los que asisten, como por el desorden que en este tipo de eventos se origina, como ya se vio en reciente entrega.
Más allá de que algunos colaboradores de la alcaldía hayan pretendido «quedar bien» con la primera autoridad pegando calcomanías del gobierno municipal sobre el logotipo del DIF estatal en las cajas de despensa que se estuvieron distribuyendo -pues tenemos entendido que no fue Adela la que dio la instrucción y que ya se ordenó retirarlas-, hay que destacar el trabajo en equipo que se está haciendo entre los tres órdenes de gobierno.
Quien tuvo la «brillante» idea de las calcomanías no tomó en cuenta que ante la emergencia nacional que se vive por el llamado Coronavirus debe dejarse de lado la política partidista, las siglas y colores, y hacer un frente común como lo están haciendo Adela Román, el gobernador Astudillo y las fuerzas castrenses, pues para nadie pasa desapercibido que hay por ahí un delegado federal que solamente está de adorno. Vale.