Zona Cero

• La agresión de la Ceteg a los periodistas

Por Roberto Santos

Negar lo que todos vieron le resta seriedad a los cetegistas.
Seriedad y responsabilidad, al pretender engañar a la sociedad señalando que los agresores a los periodistas fueron “infiltrados”.
Los videos son elocuentes. Se trata de un grupo de choque armado con garrotes, listos para golpear o atemorizar.
En este caso fueron cuatro periodistas los afectados por la violencia de los profesores agrupados en la Ceteg.
Su acción es contrario al espíritu que deberían poseer como educadores y divulgadores del conocimiento, de valores y normas sociales.
Parece que esto ya no debería sorprender a nadie en un ambiente de violencia y porque la narrativa que fustiga a los representantes de los medios de comunicación ha impregnado distintas organizaciones con variantes violentas.
La agresión del miércoles la sufrió en carne propia el periodista Josué Miranda Ventura, quien pese a identificarse como tal, fue atacado por los representantes del saber normalista.
Nada justifica el ataque y sería paradójico que perteneciendo al mundo del saber, esta organización pase a formar parte de la lista que ya conforman las agrupaciones criminales, como violentadora de los derechos de los periodistas.
Claro está que con estas acciones, la Ceteg pierde legitimidad en sus demandas y, sin duda, gana más rechazo social.
Y ese rechazo no es por la labor de los periodistas sino por su acción de bloquear las carreteras, dañando a terceros sin ninguna consideración.
Afortunadamente, esta agresión a los comunicadores quedó registrado en redes sociales, donde cualquiera la puede ver y constatar que este grupo pertenece a la Ceteg, pese a que lo niegan al referirse como “infiltrados.”
Queda la duda acerca del por qué la Ceteg creara su grupo violento para agredir a otros, cuando su naturaleza es el conocimiento, la cultura y el progreso de la sociedad.
Es decir, su papel de los maestros no es violentar a otros, sino intervenir en los procesos de enseñanza aprendizaje de las actividades educativas.
Por eso resulta paradójico que este organismo gremial recurra a la violencia en contra de quienes difunden sus acciones, en una visión torcida de la realidad y maniquea a modo de justificación para rebasar los límites en la relación prensa y organismos gremiales.

Al parecer la causa de este coraje en contra de los medios de comunicación es que han divulgado sus peticiones, y que algunos consideran que rayan en lo absurdo y representan posturas chantajistas a las instancias de gobierno.
Ya lo dijo el secretario de Educación: las demandas de los profesores es por el orden de mil 500 millones de pesos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *