- El candidato a ministro de la Suprema Corte se pronunció en contra del fuero constitucional y por cambios en el mal llamado “debido proceso” que se presta a liberar delincuentes
Por Francisco Javier Flores V.
Con las consignas de transformar la justicia en México, desaparecer la impunidad y la corrupción y crear una justicia honesta, eficiente y rápida, el abogado Eduardo Santillán Pérez vino a Guerrero a promover su aspiración de convertirse en ministro de la Suprema Corte de Justicia del Poder Judicial de la Federación.
En un encuentro con medios de comunicación de Acapulco, el oriundo de la Ciudad de México y egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fijó algunas posturas respecto a temas candentes de la opinión pública, entre ellas el fuero constitucional y el subterfugio del “debido proceso” que muchas veces es utilizado para liberar delincuentes.
De entrada, el candidato a ministro se dijo partidario de la desaparición del fuero en la Constitución General de la República. “En un régimen democrático no hay necesidad de que exista una sobreprotección a los funcionarios públicos; por el contrario, me parece que cualquiera que sea el cargo, debe ser más escrupuloso en el cumplimiento de la ley, y debe de haber mayor severidad cuando un funcionario viole la ley, es decir, debe ser un agravante, no un atenuante.
Al respecto, hay que resaltar que Eduardo Santillán ha sido profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM, jefe delegacional en Alvaro Obregón, diputado de la Asamblea Legislativa del entonces Distrito Federal y diputado del Congreso de la Ciudad de México, en donde presidió la Comisión de Justicia.
No al fuero constitucional, ni siquiera para los ministros de la SCJN, reforzó, y concluyó que el fuero ya es una figura rebasada en los tiempos actuales, no es acorde a la realidad política de nuestro país.
Asimismo, cuestionó la forma en que se ha abusado y manejado de manera equivocada conceptos como el “debido proceso”, que en teoría significa que a una persona que está siendo juzgada se le respeten sus derechos humanos, reciba un juicio justo, pero que en la práctica es sinónimo de abuso y de privilegio, “porque hoy pareciera que bajo el artilugio leguleyo del debido proceso la mínima observación (descubrir el rostro o la publicación del nombre completo, por ejemplo) genera que una persona de alta peligrosidad salga libre”.
Dijo que el debido proceso no es justificación para la liberación de delincuentes; “por el contrario, lo que debe de generar va en dos sentidos: el que una persona se le garantice en todo momento su derecho a la defensa, que exista en todo momento la presunción de inocencia, que sea juzgado por una persona imparcial y que actúe con autonomía. Pero no debe de convertirse en el pretexto para liberar delincuentes”.
Eduardo Santillán es el número 60 en la boleta Morada en la elección de ministros y ministras de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación que se llevará a cabo el próximo 1 de junio.