Bajo Fuego

  • Desbordados

Por José Antonio Rivera Rosales

Una pregunta:
¿Es ético promoverse para la gubernatura desde un alto cargo en el gobierno federal?
Porque eso es lo que ha estado haciendo -con total desparpajo- Esthela Damián Peralta, subsecretaria de Prevención de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la dependencia que encabeza Omar García Harfuch.

En principio ignoramos qué es lo que hace esta joven funcionaria en la responsabilidad a su cargo, porque las funciones operativas -combate directo al crimen- están a cargo del titular, como es público y notorio.

En términos generales sus voceros han señalado que la joven dama está a cargo de la Estrategia Nacional de Construcción de la Paz, o algo así, aunque la verdad es que nadie sabe en qué consiste.

Lo que resulta bastante claro es que, a través de redes sociales, Damián Peralta se ha manejado como la candidata a la gubernatura de Guerrero, con el supuesto apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum. Esa es la connotación que ha surgido de su promoción, en la que se oferta como una política de izquierda, experimentada, con una trayectoria forjada al lado de la presidenta. En sus fotos promocionales la joven dama se observa siempre maquillada, empoderada, con una soberbia que no puede ocultar. Claro que nadie podría reclamarle nada porque ella jamás ha citado sus aspíraciones políticas por la gubernatura. Pero es evidente la intención.

El caso es que la señora Damián Peralta se ha promovido abiertamente con el claro fin de ser postulada por Morena a la gubernatura de Guerrero, en un contexto en que hay otros prospectos que han construído su trayectoria en Guerrero, a diferencia de la subsecretaria.

Con todo y el apoyo presidencial ¿por qué habrían los guerrerenses de votar por una persona desarraigada, que desconoce el territorio y la problemática guerrerenses? Es una funcionaria de origen guerrerense, sí, pero si camina por el centro del puerto de Acapulco, seguro se pierde.

Para colmo de males, entre sus acciones ha comenzado a promocionar la imagen de Yoshio Avila, un joven mercenario de la política que ha transitado por los diversos partidos -PRI, Morena y, ahora, MC, aunue también coquetea con el PT-, pero sin que se le conozca alguna acción positiva por Acapulco. Es, pues, un oportunista que busca -como muchos de los políticos- vivir holgadamente del presupuesto público.

En las encuestas que se han conocido públicamente Damián Peralta ni siquiera figura como un propecto conocido por los guerrerenses, en comparación, por ejemplo, con Félix Salgado, Beatriz Mojica y Abelina López, en ese orden.

En los últimos muestreos, después del manotazo de Claudia Sheimbaum para bajar de la contienda a Félix Salgado, es Beatriz Mojica quien subió sus bonos. Aunque también resulta valorada, Abelina López tiene la limitación geográfica para promoverse entre la población del interior del estado -quizá por eso el director de Capama, Hugo Lozano, ha sido visto fuera de Acapulco promoviendo los intereses de su jefa política-.

La diferencia entre Mojica Morga y Damián Peralta, es que la primera ha hecho promoción política, pero encuadrada en su labor como senadora. Otra diferencia, no menos importante, es que Mojica carece de presupuesto público, en tanto Damián Peralta dispone de un enorme caudal que puede utilizar para sus intereses políticos. Si lo ha utilizado indebidamente, sólo ella lo sabe.

Según los últimos muestreos, por partidos Morena siue teniendo la delantera con el 59 por ciento de la intyención del voto, seguida por el PRI con el 18 por ciento, Movimiento Ciudadano con el 12.9 por ciento y, finalmente el PAN con 10.1 por ciento.

Es bastante claro que en Guerrero la marca Morena tiene el triunfo asegurado, a pesar de que se han conocido algunos episodios -como el apoyo irrestricto a Cuauhtémoc Blanco en la Cámara de Diputados-, que ban bajado los bonos de esa agrupación política.

Será interesante observar cómo se dilucida la candidatura de Morena para la renovación de la gubernatura, aunque este proceso se llevará a cabo en 2027. Pero como ya no hay reglas, andan todos desbordados.

Claro que hay también otros aspirantes a cargos de elección popular, pero de ellos hablaremos en otras entregas.

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