- Transformación de Iguala, reto de Erik Catalán
Por Roberto Santos
La transformación de una ciudad no sólo se mide en la magnitud de sus obras, sino en el impacto que estas tienen en la calidad de vida de sus habitantes.
Una ciudad moderna no es aquella que se define por rascacielos y grandes avenidas, sino por su capacidad de integrar infraestructura, seguridad, avances culturales y un esfuerzo sostenido por la recuperación del tejido social.
El gobierno de Erik Catalán cumplió sus 100 días de labores, y durante su informe, dio cuenta de los planes que trae para convertir el municipio de Iguala en una sociedad moderna.
Para el presidente de la ciudad tamarindera, la infraestructura, como columna vertebral del desarrollo, implica construir vialidades eficientes, espacios públicos accesibles y sistemas de transporte moderno para hacer realidad una ciudad conectada y dinámica, donde los ciudadanos pueden desplazarse con seguridad y dignidad.
Estos proyectos que ya está echando a andar, incluyen la mejora de servicios básicos como agua potable, alumbrado público y drenaje, que son esenciales para garantizar condiciones de vida dignas.
La seguridad, por su parte, es un componente esencial en la reconstrucción de cualquier comunidad.
Por lo tanto, Erik Catalán planea invertir en tecnología, profesionalización de cuerpos policiacos y estrategias de prevención del delito, pero siempre con la participación activa de la ciudadanía.
Y esto, porque la seguridad no sólo se garantiza con patrullas en las calles, sino con confianza entre los ciudadanos y las instituciones que los protegen.
La cultura también juega un papel importante, en el plan transformador, por lo que desde la administración municipal se pretende promover eventos artísticos, rescatar tradiciones locales y habilitar espacios para la expresión cultural, como herramientas que fortalecen la identidad colectiva.
Una sociedad con acceso al arte y la cultura no sólo es más tolerante y resiliente, sino que también encuentra nuevas formas de construir comunidad.
Finalmente, la recuperación del tejido social es el núcleo que da sentido a cualquier esfuerzo urbano.
La clave para Erik Catalán es reconectar a las personas con sus comunidades mediante programas sociales, espacios de convivencia y proyectos que incluyan a grupos vulnerables, acciones indispensable para reconstruir la confianza entre ciudadanos tan debilitada en un ambiente de alta inseguridad, como fue la administración pasada.
La participación colectiva y el diálogo son fundamentales para que todos se sientan parte de este proceso transformador.
La ciudad del futuro no se construye sólo con concreto, sino con ideales sólidos.
El proyecto de Erik Catalán es consolidar una ciudad donde la infraestructura resuelve problemas, la seguridad proteja derechos, la cultura nutre el espíritu y el tejido social se fortalezca para crear una comunidad más justa, equitativa y humana.