- Ni Norma Otilia ni Ángel Aguirre pasan el filtro de Morena
Por Roberto Santos
Frente a lo que se avecina a gran velocidad, Morena en Guerrero ha decidido marcar una línea clara: no todos son bienvenidos, y menos si sus antecedentes son cuestionables.
Así lo dejó claro Jacinto González Varona, dirigente estatal del partido guinda, al hablar de Norma Otilia Hernández Martínez, exalcaldesa de Chilpancingo, y Ángel Aguirre Rivero, exgobernador de Guerrero.
González Varona, sostienen la idea de mantener la identidad y principios de su instituto político ante personajes como Ángel Aguirre.
Esto, ante una ola de adhesiones que muchas veces responden más a intereses personales que a un compromiso ideológico.
En este contexto, las palabras del dirigente estatal suenan como un mensaje de advertencia para quienes ven en Morena un refugio político sin importar su pasado.
En el caso de Norma Otilia Hernández Martínez, quien fue expulsada de Morena por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, acusada de “acciones que contravienen los principios de su partido”, y quien se ha defendido legalmente, por lo que existe la posibilidad de que un tribunal la reintegre, González Varona señaló que cualquier retorno sería percibido como una imposición externa y no como una decisión legítima de su partido.
Sin duda, este caso seguirá generando controversia. Y más cuando Jacinto González dice que no hay cabida para quienes traicionan la confianza del pueblo.
El rechazo hacia el exgobernador Ángel Aguirre Rivero es todavía más contundente.
Su relación con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y los señalamientos de represión y corrupción lo convierten en un personaje políticamente tóxico, a decir del dirigente estatal.
“Mal haría Morena en aceptar personajes de esta talla”, sentenció González Varona. En un estado donde las heridas de Ayotzinapa siguen abiertas, la sola idea de que Aguirre busque acercarse al partido resulta inadmisible.
La dirigencia de Morena es menos rígida con aquellos actores políticos que desean ingresen a su partido, y que no carguen con un historial tan comprometedor como el de Aguirre.
A decir de Varona, Morena cuenta con filtros estrictos para evitar la entrada de personajes con antecedentes de corrupción, violaciones a los derechos humanos o represión.
Sin embargo, la práctica política suele desafiar las mejores intenciones. ¿Qué tan sólidos serán esos filtros cuando las alianzas se conviertan en una necesidad ante el proceso electoral?
El bloque que ha comenzado a formarse en Guerrero, integrado por figuras como Beatriz Mojica, Arturo Martínez Núñez y Pablo Sandoval Ballesteros, plantea interrogantes sobre la cohesión interna de Morena.
Aunque González Varona minimiza el riesgo de fracturas, el horizonte político de 2027 ya empieza a delinear tensiones y rivalidades que podrían poner a prueba la unidad del partido guinda.
El verdadero reto para Morena no será solo mantener su hegemonía en Guerrero, sino hacerlo con un sentido de integridad.
En un estado donde la política ha sido históricamente asociada con el clientelismo y la corrupción, representa un verdadero reto evitar que Morena caiga en las mismas prácticas que critica, porque sería una traición a los ideales que dice representar.
De la postura de Jacinto González Varona, solo el tiempo dirá si Morena puede sostener estos principios frente a la presión de los intereses electorales.
En política, las palabras pesan, pero las acciones definen.