- Alejandro Arcos, y Chilpancingo…
DOS MESES SE CUMPLEN ESTE DÍA, seis de diciembre, del asesinato de quien fuera presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, cuyo cuerpo fue dejado en el interior de una camioneta, y su cabeza, sobre el toldo de la misma. Desde entonces, pese a las exigencias de justicia, ninguna de las autoridades competentes ha hecho nada para resolver el caso y hacerle justicia a la víctima, a los familiares y a los propios capitalinos.
Y es que con su muerte, con su asesinato atroz, el municipio, y la capital del estado, Chilpancingo, perdió a uno de sus mejores hombres, comprometido con el pueblo, que lo único a lo que aspiraba era a trabajar por él, mejorando las condiciones de vida de la gente, y devolviéndole la paz y la tranquilidad que tanto requiere.
Desgraciadamente manos criminales acabaron con él, y por si eso fuera poco, desde las autoridades del más alto nivel, es decir, desde el gobierno federal, lo revictimizaron, como si el quitarle la vida no fuera suficiente, señalando que su fuerte fue producto de acudir a una reunión con un grupo delincuencial.
Precisamente por ello, por tratar de incriminar su vida, su memoria y su legado, hay un detenido por el crimen, el que nombrara encargado de la Secretaría de Seguridad Municipal, un mando militar en retiro, quien presuntamente está ligado a un grupo delincuencial, y que habría ordenado su muerte.
Sin embargo, nada hasta hoy es seguro, pues el proceso judicial que se le sigue al presunto homicida, apenas comienza con señalamientos que parecen no tener solidez, pues se sustentan en la declaración, de oídas, de un hombre que fue encontrado posteriormente sin vida, y una acusación de un policía municipal, aportada de manera anónima, que oyó que al hoy detenido ocuparse del mismo asunto.
En efecto, hoy se cumplen exactamente dos meses de la ejecución de quien llevaba apenas seis días como presidente municipal de Chilpancingo, de quien en esos momentos estaba ocupado, y preocupado, por los daños causados por el huracán John.
Sí. Con todo y que desde la Secretaría de Seguridad Pública federal han intentado dañar su imagen, Alejandro Arcos Catalán sigue presente en el municipio, no solo entre su esposa e hijo, y demás familiares, entre quienes lo conocieron, sino también entre quienes votaron por él como la mejor opción de gobierno para Chilpancingo.
Hay que decirlo. Es triste y paradójico el caso de Arcos Catalán. Un hombre que procuraba el bien, la seguridad y la paz, cuyo sueño desde que era niño era gobernar Chilpancingo, fue víctima de la inseguridad y la violencia, por manos perversas. Perdió la vida, le quitaron la vida, lo asesinaron cuando precisamente había logrado ser presidente municipal de su pueblo.
Hoy pues se cumplen dos meses de su partida, de su ausencia…
Y hoy como hace dos meses, las exigencias de justicia son las mismas. Chilpancingo exige justicia. Su muerte, como la de todos aquellos que les han quitado la vida, no debe ni puede quedar impune como ocurre hasta ahora. Los chilpancinguenses lo merecen.
Cierto. La vida sigue. No se detiene. Chilpancingo continúa con su vida, en su búsqueda de progreso, de bienestar para todos. Quien tomó la estafeta, y el compromiso y los sueños de Alejandro Arcos, quien gobierna actualmente, es quien fuera su suplente en la planilla por la alcaldía. Me refiero al doctor Gustavo Alarcón Herrera, un hombre bueno también, comprometido con los chilpancinguenses; solidario y sencillo, quien ha dicho que hará realidad el proyecto.
Sin duda lo hará. Está en ello, aunque hay quienes le ponen piedras en el camino. Parece que buscan que le vaya mal, cuando todos debieran apoyarlo para cumplir el sueño de quien soñó un Chilpancingo en paz, tranquilo, y con seguridad. Ojalá y que la muerte de Alejandro Arcos Catalán no sea en vano. Ojalá y su espera, en el sueño de los justos, valga la pena…
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