- Ciudad vulnerable
Por Francisco Javier Flores V.
Se nos ha vendido la idea de que Acapulco se encuentra a merced de los fenómenos meteorológicos o naturales, sobre todo por los huracanes, ciclones o sismos de mediana o fuerte intensidad.
La verdad es que no es así.
No hace falta que esos fenómenos sean de gran magnitud para que en el puerto se genere el caos o por lo menos impere el miedo o la angustia.
La mejor prueba fue este jueves, cuando a los pocos minutos de iniciada la lluvia por el rumbo de la carretera Cayaco-Puerto Marqués esa vía fuera completamente inundada y los vehículos comenzaran a vararse.
Pasa ahí, en el boulevard Vicente Guerrero, en las calles de las colonias Emiliano Zapata o Ciudad Renacimiento.
Incluso en la misma costera Miguel Alemán, en la zona entre La Diana y Costera 125 no es necesario que llueva mucho para que se inunde y se dificulte la circulación y en cierto momento la avenida se vuelva intransitable para vehículos pequeños.
Con la lluvia de anoche, hoy amaneció inundado el fraccionamiento Casas Ara, allá por los rumbos de Plaza Patio.
La razón es muy sencilla, no se trabaja correctamente en el desazolve del drenaje y alcantarillado, ni en las vías de desagüe para que el agua pluvial fluya correctamente hacia donde se tiene que ir.
Se simula o se hace nada más por encimita. O de plano no se hace nada. Esa es la realidad.
Muchas veces se ha dicho que Acapulco requiere una cirugía mayor, pero no se hace.
Uno escucha a la primera autoridad municipal vociferar que se está haciendo lo que no se hizo en setenta años, pero el caso es que los resultados no se ven.
Los mismos problemas de hace setenta años están ahí.
Entonces, mientras sólo sea simulación y las cosas no se hagan de manera correcta, la situación no va a cambiar.
Las lluvias van a seguir y Acapulco se seguirá inundando.
No, Acapulco no está a merced de los fenómenos naturales. Acapulco es víctima de la irresponsabilidad de quien tiene la obligación resolver un problema y no lo hace.