Proponen al Gobierno Federal fusionar Sedena y Marina (Parte 2)

  • El objetivo, crear una sola entidad del Gobierno Federal con un responsable de cartera de origen público

Por Gerardo L Ceniceros (*)                                                        
La Armada de México tiene como misión emplear el poder naval de la Nación para la defensa exterior y coadyuvar en la seguridad interior del país. Y desde el 21 sep. 1954 forma parte de la Organización Marítima Internacional (OMI) comprometiéndose a garantizar la adopción de medidas para la salvaguarda de personas que se hallen en peligro en la mar.
Actualmente las Fuerzas Armadas de México se destacan por el combate permanente contra el tráfico de narcóticos y en el auxilio a la población civil ante desastres naturales.” (1)
Sin embargo, por vicisitudes históricas las fuerzas armadas mexicanas resaltan funcional y orgánicamente en el mundo y frente a la evolución de los países más modernos por ser las únicas que no están en una misma Secretaría o Ministerio y que no tienen un Estado Mayor Conjunto de Operaciones y además de que la Fuerza Aérea Mexicana depende administrativamente y presupuestalmente del Ejército.
La circunstancia que se deriva de una operatividad exclusiva del cuerpo de seguridad asignado al ejecutivo como Estado Mayor Presidencial con recursos, sistemas y logísticas privilegiados pueden ser fusionados en un nuevo Estado Mayor conjunto en la colaboración e integración directa con los respectivos estados mayores de las tres armas en la planificación y operación estratégica de las tareas y funciones más urgentes ante cualquier evolución de la situación nacional y frente ante un mundo cambiante donde aún predomina la dominación hegemónica de las grandes potencias y aliados en el panorama de la geopolítica internacional.
Un repaso a la definición básica y funciones propias de un Estado Mayor son las siguientes:
“En las fuerzas armadas modernas, el Estado Mayor es el grupo de oficiales que cumplen tareas de administración, logística y planeamiento bajo la dirección de un oficial de rango superior. Están encargados de asesorar técnicamente a los jefes superiores, distribuir las órdenes impartidas por estos y supervisar su cumplimiento.
El Estado Mayor cumple funciones asesoras a nivel de planeamiento y de ejecución. En el primer aspecto, está encargado de recopilar la información necesaria para proceder a la toma de decisiones. En el segundo, debe generar las órdenes oportunas para que una misión determinada sea abordada con las mayores garantías de éxito, ha de asegurar los mecanismos para la transmisión de esas órdenes a la tropa y realizar un seguimiento continuo de las mismas, velando siempre por el buen fin de la misión.
También debe preparar planes de actuación para posibles contingencias futuras. En las fuerzas armadas modernas, además de los estados mayores de cada arma funciona un Estado Mayor Conjunto, encargado de coordinar el apoyo a las operaciones bélicas de las tres fuerzas armadas: Armada, Ejército y Fuerza Aérea.” (3)
Una vista a los problemas en las funciones de las fuerzas armadas diversos análisis del conocimiento público coinciden en los últimos 15 años en algunas conclusiones en las cuales no varía la percepción en el manejo interno y la relación de los mandos con el grueso de los subordinados en acciones que involucran su participación dividida ante el Gobierno Federal y frente a la opinión pública:
“Si bien disciplinadas, las Fuerzas Armadas de México tienen un bajo entrenamiento y son anticuadas Para aliviar estas deficiencias, actualmente están en curso programas de modernización y reorganización; pero el progreso será lento, porque tradicionalmente el gobierno mexicano ha mantenido a sus fuerzas armadas organizacionalmente divididas, de tal manera que permanezcan lo suficientemente débiles como para no significar una amenaza política.
Mando y control:
El mando y el control padecen de una excesiva centralización y de una rígida estructura de mandos Hasta las más nimias decisiones, como la solicitud de refacciones o la aprobación de hojas de permiso para oficiales, deben ser firmadas a nivel nacional Esto hace que la toma de decisiones de rutina camine a paso de tortuga, aunque el Secretario puede saltarse la cadena de mando y comunicarse directamente con los comandantes de zona, en caso de asuntos importantes La mayor parte del Ejército Mexicano se encuentra distribuida en guarniciones, controladas por los cuarteles generales de las zonas militares, sin organización táctica por encima del nivel de los batallones.”(4)
Un mando dividido en apariencia deposita el control de la totalidad de las fuerzas armadas en el Presidente como Comandante Supremo desde el punto de vista legal y formal aunque sujeto a la aprobación de ciertas acciones importantes por el Senado, sin embargo, la operatividad del presupuesto  las situaciones y conflictos internos que emanan de estructuras tan amplias como complejas para manejar la logística y la operatividad de los cuerpos de Ejercito y Marina, así como la modernización y mantenimiento de las instalaciones en extensas regiones y zonas militares y navales en un territorio tan diverso como el de México debilita la solución de los problemas cotidianos y la flexibilidad de una rápida y eficaz relación con el Presidente.
“Todo esto repercute para que las fuerzas armadas no se desarrollen integralmente y su rendición de cuentas permanezca en niveles de transparencia muy básicos. El que las fuerzas armadas publiquen documentos de rendición de cuentas sin más detalle que “Adquisición de activos para realizar operaciones sustantivas” no demuestra ni seriedad, ni compromiso con la transparencia. Es un obvio refugio en la opacidad para evadir el escrutinio de sectores analfabetas en temas de defensa. Pero alguien tiene que comenzar un discurso adulto. Los 13,501 millones de pesos, de los que Sedena espera recibir 9,485 millones y Semar 4,016 millones elevarían la inversión en defensa del 0.58% al 0.65% del PIB aproximadamente, es marginal, pero es un comienzo. ¿En que se van a invertir?
Para verdaderamente aprovechar este refuerzo de 13,501 millones de pesos en el rubro denominado “Previsión para el fortalecimiento de Infraestructura Naval y Militar” se requiere de mucha transparencia y de ligar las adquisiciones con la base industrial nacional. (5)
Las diversas tareas internas y externas que involucran el accionar y la relación de las Fueras Armadas con el Ejecutivo Federal giran en torno al cumplimiento de áreas que implican una enorme y costosa movilidad de recursos financieros y humanos y ello implica enfrentar una perspectiva que cada seis años puede variar dependiendo las repercusiones de la política y decisiones del Gabinete y los gobernadores de los estados en lo social en la medida de que  directivas erráticas en la economía obligan a una intervención no bien ponderada de las fuerzas armadas para resolver problemas creados por una política sexenal que tiende a generar miseria, desempleo y corrupción.
“En el futuro visible, las instituciones mexicanas de inteligencia y seguridad enfrentarán serios problemas provocados por la corrupción y la falta de fondos adecuados La aplicación efectiva de la ley se topa con obstáculos mayores a causa de la amplia influencia de los traficantes de drogas, que han corrompido a un elevado número de policías y personal de inteligencia Dentro de las Fuerzas Armadas la corrupción es un problema menos serio, debido a que prevalece una mayor disciplina. Dentro de la PJF (Policía Judicial Federal) y las policías estatales la corrupción se encuentra más extendida y ha conducido a destituciones a gran escala.” (6)
Más allá del impacto social de la política económica en turno cuando se habla de la capacidad del Estado mexicano para enfrentar problemas de seguridad pública de los que se habla y menciona todos los días en los medios de comunicación debe considerarse que son las mismas debilidades del Estado en lo político y en sus actores al frente de las dependencias donde se ha buscado que na estructura dividida aunque más homogénea y organizada como el Ejercito o a Marina en términos coloquiales pongan en orden al país lavando los latos rotos de décadas de alianzas estratégicas entre grupos políticos y mafias ilegales.
“El problema es que, si no había capacidad institucional para combatir a los narcotraficantes en 2006, menos se pueden albergar esperanzas hoy al ver que en esa década las organizaciones criminales se diversificaron y además del narcotráfico ya se dedican a la extorsión, el secuestro, robo y tráfico de combustible, trata de personas con fines de explotación sexual, tráfico de inmigrantes…
El problema es que, para efectos prácticos y tras una gigantesca sangría, estamos donde hace diez años. Y que sea el Ejército, y no las víctimas, el que esté en el centro del debate en la conmemoración de la década de sangre sólo hace más lamentable el problema.” (7)

Por otra parte y hacia dentro de las fuerzas armadas debe entenderse el origen popular del grueso de la tropa y los cuerpos de ejército que ven en el estado la encarnación de la patria, de los mandos y de la autoridad legítima y si sin embargo la falta de sensibilidad de los políticos las últimas décadas hacia una atención más humana y solidaria que no sea el aumentar gastos en algunos rubros de armamento y percepciones de la oficialidad  mayor deja de lado la problemática social y psicológica de la alta oficialidad  el conjunto de soldados y marinos. Esto se explica así:
“El problema es la secrecía alrededor de las fuerzas armadas en México. Su carácter de intocables ha contribuido a que las malas prácticas no se conozcan y por el contrario, se reproduzcan. Cuando el gobierno decidió enviarlos a las calles no se hizo una revisión de la estructura interna de los militares, ni de la cooptación por parte del narcotráfico; y menos aún se previó su reacción ante el contacto directo con la población. Esto es importante porque en la milicia, por la propia estructura, el mando es totalmente vertical y las jerarquías se siguen de manera absoluta. A veces ese ejercicio tan cerrado o discrecional del mando, detona casos de asesinatos entre militares de mayor o menor rango. El daño psicológico en los militares no es nuevo, ni tampoco exclusivo de México.” (8)
Para efectos de una nueva modernidad, explica este análisis,  o de un nuevo proyecto de nación debe considerarse lograr el equilibrio  del gasto militar de acuerdo a sus necesidades de crecimiento y manutención al tiempo que lograr el balance de su relación con el resto de la sociedad en razón a su participación legal en todo tipo de emergencias, seguridad y respeto a los derechos humanos y especialmente una relación más equilibrada, transparente y flexible con el Gobierno Federal a través de una cartera administrada por un equipo civil dentro del gabinete que coordine el paso a una mejor eficacia en el accionar y solidaridad de las fuerzas armadas con el pueblo que les dio origen y no sea su imagen exterior solo objeto de ceremonias y desfiles y por otro lado el reflejo de una crítica constante de ilegalidades y violaciones en el trato con la población civil. Dicho de otro modo:
“Las fuerzas armadas aparecen año tras año entre las instituciones que más quejas por violación de derechos humanos tienen ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Las quejas se refieren tanto a violaciones de derechos cometidas por miembros de las propias fuerzas armadas (quejas por actos de carácter interno, se podría decir), como por acciones ejecutadas sobre civiles, sobre todo en las tareas de persecución del narcotráfico (…)
Una de las condiciones para que se pueda dejar atrás la etapa de la transición y se avance por la ruta de la consolidación democrática, pasa por la apertura de instituciones que todavía en la actualidad funcionan como una especie de caja negra, en donde solamente los que están dentro saben a ciencia cierta lo que sucede en su interior. La etapa de las instituciones cerradas debe dejarse atrás en México; por eso es tan importante que, en la medida en que sea posible y sin desvirtuar de ninguna forma su papel y su misión, también las fuerzas armadas nacionales se sumen al proceso de democratización que, en los tiempos recientes, y de muy diversas formas, afecta a buena parte de las instituciones mexicanas.
La cuestión es que nunca pensamos que nuestra milicia tuviera estos padecimientos. Aquí no podemos hablar de efectos negativos producto de una guerra (internacional), en México son generados por el propio mando, el enemigo lo tienen en casa. En el libro documento el incremento en los índices de deserción. Varios de los que se van se vinculan al crimen organizado o agreden a su familia.” (9)
Por ultimo deben mencionarse las observaciones señaladas en el documento “Los ministerios de Defensa en América Latina y las consecuencias de la multidimensionalidad de las amenazas” publicado en 2006 a propósito de la búsqueda de la democracia participativa y regímenes militares de diverso signo ideológico: 
“El objetivo es presentar algunos de los posibles riesgos que se pueden dar de involución en el proceso de democratización del sector defensa en América Latina. Hay dos factores a través de los que se puede medir el grado de avance de la democracia: el tipo de institucionalidad del sector en relación al control político, y la participación de civiles en los Ministerios de Defensa; y el espectro de misiones que cubren las Fuerzas Armadas.  (…) se señala que se ha producido un retroceso en éstos en los últimos tiempos. Se han detenido las políticas que insistían en la participación de civiles en los ministerios, y se ha bendecido el regreso a antiguas formas de participación militar en asuntos internos al reconocerse por la Organización de Estados Americanos (OEA) en el 2003 el carácter multidimensional de las amenazas a la seguridad.” (10) 
Al respecto y en apoyo a la propuesta de este análisis son relevantes los esfuerzos y estudios de la Red para la Seguridad y Defensa de América Latina realizados a lo largo de los últimos años y que en constante actualización refiere información sobre la estructura de la defensa nacional de los países de la región y que permite el abordaje de temas estratégicos para conocimientos científicos de la sociedad civil así como de funcionarios vinculados a las instituciones militares y publicados en la conferencia internacional de Ministros de Defensa con los siguientes temas:
1.El marco legal de la defensa nacional en cada país 2. Las definiciones políticas de defensa nacional 3. La organización del sistema de defensa nacional 4. Los datos básicos sobre presupuestos de defensa 5. Las facultades parlamentarias sobre el tema 6. La estructura de los Ministerios de Defensa de cada país 7. Datos básicos sobre las Fuerzas Armadas 8. Datos sobre instituciones de Educación para la defensa.
La RedSal pone el énfasis de evaluación y análisis en torno a la historia, estructura y responsabilidades de los Ministerios, la responsabilidad civil en la conducción de la política de defensa nacional y las experiencias comparadas entre los diversos países y refiere que:
“La conducción civil de los Ministerios de Defensa representa una temática de trabajo central en la región. A pesar de sus escasas capacidades institucionales, estas organizaciones deben atender cotidianos y delicados asuntos de seguridad que derivan tanto de la actual escena internacional como de las relaciones de poder al interior de cada país.” (10)
Conclusión:
Considerar con urgencia el relevar el rol de la conducción política de la defensa y el conjunto de las fuerzas armadas y reafirmar el mando civil ha sido una de las principales metas y tareas de muchos países del mundo para adaptar las necesidades estratégicas de las funciones miliares con la búsqueda de una democracia real y representativa de los pueblos para su mejor bienestar, seguridad nacional y justicia integral, y este es el camino que se propone para México.

(*) El autor es investigador del Consejo de Estudios de Ciencia y Sociedad Ac y de la Universidad Abierta de México Ac Revisión de texto original 2024 para la Presidenta electa Claudia Sheinbaum. 
(1) Gobierno de México: Leyes orgánicas de Ejercito y Marina; documentos oficiales.              
(2) Proceso 18 de abril 2004.
(3) Iñigo Guevara Sept 12 del 2017 / El Heraldo.
(4) Ídem.
(5) Ídem.
(6) Ídem.
(7) El Financiero 12 dic 2016
(8) Entrevista a Ana Lilia Pérez en abril 27 del 2016 / Ref: Aristegui Noticias septiembre 2018
(9)  Rev Jus et Praxis Num 8 del 2002 Chile / Miguel Carbonell: FCPyS UNAM
(10) Rev Jus et Praxis Num 8 del 2002 Chile / Miguel Carbonell Investigador de la FCPyS UNAM
(11) REDSAL / Programa Ministerios de Defensa.

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