- El pueblo… ¿puede esperar?
Por Francisco Javier Flores V.
Acaba de pasar el proceso electoral de junio y faltan tres largos años para la siguiente elección.
Quienes ganaron en urnas y los que aseguraron un lugar como representantes populares por la cómoda vía de las plurinominales ni siquiera rinden protesta, pero ya el ambiente político comienza a calentarse en Guerrero.
Como lo anunciamos en el comentario anterior, Angel Aguirre Rivero y su Izquierda Progresista Guerrerense dijeron adiós este domingo a las siglas y colores del PRD, partido político desaparecido a nivel nacional y en nuestro estado, donde si bien puede conservar aún su registro ante la autoridad electoral, lo cierto es que va quedando poco a poco como cascarón.
Muchos actores políticos, en su mayoría politiquillos o politicastros andan moviéndose, buscando acomodarse, estar dentro de la jugada para dentro de tres años, pero pocos, muy pocos se acuerdan de las necesidades del pueblo, que debe ser la esencia de la política.
Futuras legisladoras divulgando fotografías haciendo compras, presumiendo los platillos que se van a comer, exhibiendo sus esculturales cuerpos y su linda cara como única oferta de trabajo.
Un millonario que sin ningún rubor anuncia la posibilidad de regresar al partido que traicionó, del que habló pestes, malagradecido del cobijo que en su momento le brindaron. Que se fue incluso como candidato con los peores enemigos políticos y ahora con toda la desfachatez se reúne con el dirigente estatal de Morena porque argumenta que su corazón traicionero late a la izquierda.
Habría que echar un vistazo a los estatutos partidistas a ver qué dicen al respecto, a la Comisión de Honor y Justicia Partidaria o simplemente lo que dicta el sentido común respecto a la deslealtad y la traición. Hace falta tener un poquito de vergüenza.
¿El pueblo? El pueblo puede esperar. El pueblo aguanta. De ese se ocuparán después, cuando se acerque el momento en que tengan que acudir a las urnas.
En el escenario acapulqueño, casi nadie se ocupa de atender las necesidades de la población, salvo las acciones que puntualmente llevan a cabo los gobiernos federal y estatal, así como las brigadas de ciudadanos entusiastas, los llamados Pargos en Acción, que con el diputado local Joaquín “Jacko” Badillo Escamilla al frente, reparan o sustituyen lámparas de alumbrado público, arreglan fugas de agua y drenaje, supervisan obras de pavimentación de calles gestionadas por el legislador, entregan aparatos funcionales, llevan agua en pipas a familias que lo necesitan, láminas galvanizadas, entre otros tantos apoyos.
Así, mientras unos buscan la supervivencia política, otros utilizan la política para lo que es o debería ser: para servir. Y es que el pueblo no puede esperar y al final, también, es el pueblo el que premia o castiga al momento de los sufragios.