- El director Abel Luvio reconoció que van de la mano con el programa “Sembrando Vida”
Por Ignacio Hernández Meneses
En el parque Papagayo, después de la tempestad del “Otis”, vuelve la calma y la vida con 2 mil 500 árboles sembrados a lo largo y ancho de los 218 mil metros cuadrados de este “pulmón verde”, inaugurado el 28 de febrero de 1981 por el entonces gobernador Rubén Figueroa Figueroa.
Abel Luvio Villanueva director del parque recreativo “Ignacio Manuel Altamirano”, manifestó que se trabaja a toda máquina para recuperar el esplendor para el disfrute de las familias acapulqueñas y los turistas que aprovechan su visita a la playa Papagayo.
Entrevistado en sus oficinas, precisó que por instrucciones de la gobernadora Evelyn Cesia Salgado Pineda, avanza el proceso de reforestación del parque donde se han sembrado mil 500 árboles en el cerro de El Mogote, para tal efecto, se instalaron dos cisternas para el riego por goteo y toda a basura orgánica fue esparcida en el cerro para guardar la humedad de la lluvia para la regeneración de este espacio.
El directivo explicó que es precisamente esta zona del puerto que es considerado como “el pulmón verde de Acapulco”, como la más afectada por el paso del huracán “Otis” la madrugada del 25 de octubre de 2023.
Lubio Villanueva expuso que de la mano del programa del Gobierno de la República “Sembrando vida”, también se han plantado árboles frutales en las áreas comunes, “almendros, mango, guayaba, pistaches, una serie de árboles que a través del programa sembrando vida, fueron donados y seleccionados las especies y que al mismo tiempo resistan el clima de Acapulco”.
Reconoció que se trabaja coordinadamente con los trabajadores del parque encabezados por el secretario general Rafael Ambrosio Esiquio, de la Sección XXX del SUSPEG, “nos ha permitido lograr los acuerdos para poder avanzar en los trabajos que se requieren en torno a herramientas que se requieren y próximamente la gobernadora les entregará uniformes”.
Es así como se impulsan los trabajos de reconstrucción de esta reserva ecológica, recreativa y turística de 218 mil metros cuadrados, todo un patrimonio de los acapulqueños.