- Prohibido prohibir
Por Francisco Javier Flores V.
Desde hace varios años, la labor de los periodistas que cubren la información policiaca, también llamada nota roja, se ha visto acotada.
Han sido los elementos de las propias corporaciones policiacas los que han puesto limitantes al trabajo de los comunicadores que acuden a dar cobertura, sobre todo a los acontecimientos de violencia que ocurren en las principales ciudades de Guerrero un día sí y otro también.
Es decir, más allá del riesgo propio de su actividad, los periodistas se mueven en un ambiente plagado de individuos armados y que con el uniforme han pretendido imponer miedo a un gremio que, por su parte, también ha tenido que asumir una postura aguerrida no tanto por rijosidad, sino por no dejarse intimidar.
Sin embargo esta situación toma matices alarmantes cuando además del cerco policiaco los reporteros tienen que lidiar con la intimidación y el acoso de personajes civiles que de buenas a primeras aparecen en las escenas del crimen a pretender coartarles el derecho a la información con la consigna de que, según ellos, está prohibido videograbar o tomar fotografías en esos lugares.
En Chilpancingo, los reporteros de nota roja han identificado a un grupo de individuos encabezados por uno que al parecer es el que tiene el mando, y que curiosa y sospechosamente se aparecen en todos los eventos donde ocurren hechos delictivos, y sin ningún recato les dicen que está prohibido grabar o tomar fotos.
Esta situación no debe ser soslayada por las autoridades, pues es evidente el grave riesgo que corren los comunicadores y por ende la necesidad de otorgarles las garantías para el desempeño de su actividad.
Todos sabemos que las corporaciones policiacas que acuden a los lugares donde ocurren ataques armados, aparecen personas ejecutadas o cualquier otro evento de ese tipo, solamente se apersonan a acordonar el área. Ya no es como antes que de inmediato se implementaban operativos de búsqueda para ir por los malhechores.
Luego entonces, por lo menos deberían brindar seguridad a quienes acuden a cumplir una función social, sin más interés que informar a la ciudadanía de lo que está ocurriendo en nuestro estado. Es necesario y urgente.