Zona Cero

  • Fragilidad expuesta: lluvias intensas y la vulnerabilidad de nuestras ciudades

Por Roberto Santos

En los últimos días, las lluvias en Guerrero han revelado la vulnerabilidad de ciudades como Tlapa, Chilpancingo y Acapulco frente a eventos climáticos extremos.
La tormenta tropical Otis, que impactó directamente en Acapulco y Coyuca de Benítez demostró la incapacidad de su infraestructura para resistir la velocidad extrema de los vientos con los que azotó a estas ciudades.
En Tlapa, las lluvias excesivas han dejado un rastro de destrucción: viviendas devastadas, negocios inundados y vehículos arrastrados por las corrientes desbordadas del río Jale.
La pérdida de más de 60 viviendas y la desaparición de una persona subrayan la urgencia de medidas preventivas efectivas, como el encauzamiento del río solicitado insistentemente por los residentes y el presidente municipal Gilberto Solano Arreaga.
En Chilpancingo, la lluvia del domingo fue tan intensa que puso a prueba los esfuerzos preventivos del gobierno local encabezado por Norma Otilia Hernández Martínez.
La limpieza continua de las barrancas y del cauce del río Huacapa por parte de Protección Civil y ordenado por la presidenta, demostraron ser decisivos al evitar desbordamientos de que podría haber resultado en consecuencias aún más graves para la población.
Es crucial reconocer la labor preventiva y de respuesta rápida de las autoridades locales y estatales ante la emergencia en el Corazón de la Montaña, donde la coordinación entre la administración municipal, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y el apoyo federal ha sido fundamental para mitigar los daños y proporcionar asistencia a los afectados.
Sin embargo, la intensidad creciente de estas lluvias atípicas, exacerbadas por el cambio climático, demandan medidas más robustas y a largo plazo.
El proyecto de encauzamiento del río Jale en Tlapa, ya presentado al gobierno estatal y federal, se vuelve una prioridad indiscutible para evitar futuras tragedias y proteger la vida y el patrimonio de los habitantes.
A medida que el cambio climático continúa alterando los patrones meteorológicos, es imperativo que las autoridades locales y nacionales tomen acciones decididas para fortalecer la resiliencia de nuestras ciudades frente a estos desafíos cada vez más severos.
La inversión en infraestructura adecuada y estrategias de gestión del agua son inversiones en el futuro de nuestras comunidades frente a la inclemencia del clima moderno.
En resumen, la reciente serie de eventos climáticos extremos en Guerrero nos recuerda la frágil realidad de nuestras ciudades frente al poder de la naturaleza, y la necesidad urgente de prepararnos mejor para un futuro climático incierto y potencialmente más peligroso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *