- ¿Qué pasa en Ayotzinapa que siguen muriendo estudiantes?
Por Roberto Santos
Lo que pasa en Ayotzinapa donde siguen muriendo estudiantes, debería preocupar al gobierno federal y al estatal como para realizar una investigación profunda y cambiar el modelo que hasta el momento existe y que ha demostrado ser cada vez más disfuncional.
Si los estudiantes y la dirigencia de la normal, verdaderamente desean evitar que circulen versiones extraoficiales, deberían ofrecer la información acerca de la explosión dentro de sus instalaciones, donde perdió la vida un joven de primer año.
Con eso queda demostrado que los estudiantes de nuevo ingreso son los que mayor probabilidad tienen que algo grave les suceda, dentro o fuera de la institución, al ser utilizados por los líderes en acciones para lo que no están preparados ni es el objetivo por el que acuden a estudiar a esa normal.
Existe la sospecha de que el estudiante falleció al permanecer donde preparan los petardos que utilizan como arma en contra de quienes son considerados como sus enemigos, ya sea el gobierno, la FGE, los militares, etc.
Y esa versión se hace más fuerte cuando los mismos estudiantes tratan de ocultar la causa de la explosión y recurren al subterfugio de que las autoridades están investigando.
En ningún momento han dicho que el siniestro fue generado por el tanque estacionario, como en un primer momento fue la versión.
Esa postura parece encaminada a tratar de ocultar la verdadera causa por la que falleció el joven Brayan Barrios, quien cursaba el primer grado.
Esto nos lleva a recordar que también eran de nuevo ingreso los estudiantes que los líderes enviaron a Iguala a secuestrar camiones y, de esos, 43 ya no regresaron.
O del joven Marco Antonio Benegas que se presentó el año pasado a la semana de inducción y se manejó la inverosímil versión de que ya no regresó al plantel ni recogió su mochila, siendo encontrado su cadáver en un cerro cercano.
Lo único que se sabe es que Brayan se inscribió a la escuela normal para ser profesor de educación primaria y hoy regresó a su natal Apango para ser velado por sus familiares.
No es justo que la Normal sea una institución donde los estudiantes de nuevo ingreso estén en riesgo de perder la vida.
Tampoco que sean las familias más necesitadas las que terminen por sacrificar a sus hijos al mandarlos a estudiar para ser docentes y regresen en un ataúd, por culpa de un grupo de dirigentes que sacrifican a los de nuevo ingreso en aras de sus posturas ideológicas y políticas.