- Abelina, y la violencia en Acapulco…
LOS MUERTOS PARECEN SER YA ALGO NORMAL. Por la madrugada, temprano, a mediodía, por la tarde o por la noche, la violencia, traducida en asesinatos, ejecuciones, secuestros, levantones o asaltos, parece ya no importarle a las autoridades. Me refiero, por supuesto, al Puerto de Acapulco, donde pese al mal gobierno que encabeza, fue reelegida en el cargo de presidente municipal Abelina López Rodríguez.
Por supuesto que en otros gobiernos, la violencia en Acapulco también ha sido un problema. Sin embargo, es con el gobierno de López Rodríguez cuando se ha incrementado considerablemente, y lo que es peor, que se vea ya como algo normal, y en consecuencia, que no es culpa de la edil.
Lo cierto es que un día sí, y el otro también, los muertos se acumulan, ya en la playa, el Centro o la Costera, incluyendo zonas donde el turismo era exclusivo, como La Condesa y el llamado Acapulco Diamante, sin dejar de lado los barrios históricos y las colonias populares, como la Progreso, Renacimiento, la Zapata y Las Playas, entre otras.
Sin embargo, parece no importarle eso a los acapulqueños, pues decíamos, en la elección pasada votó masivamente por la alcaldesa, a pesar de que su gobierno ha sido un fracaso en materia de seguridad, como a diario lo ejemplifican los muertos que se acumulan.
Hay que decirlo. Junto con otras ciudades del país, Acapulco, la Perla del Pacífico, el Paraíso de América, e ícono del turismo internacional, aunque hoy por hoy venido a menos, es de las violentas del país, y como si nada pasara, como si nada ocurriera, las autoridades municipales actúan como si la inseguridad no existiera.
Cierto. No tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre. Es decir, la culpa de que la violencia y la inseguridad continúe en el Puerto, traducida en muertes violentas, no sólo es de Abelina López, sino de los acapulqueños que votaron por ella para reelegirla en el cargo, a sabiendas de que es incapaz para gobernar un municipio como lo es Acapulco.
Ciertamente, también hay que decirlo, no sólo en materia de seguridad pública ha resultado un fracaso el gobierno de Abelina; también en obra pública, recolección de basura y agua potable, le ha quedado a deber a los acapulqueños que al día de hoy le exigen que cumpla, no sólo sus promesas de campaña, sino con la prestación de los servicios básicos.
Sin embargo, y aunque parezca paradójico, los mismos que hoy protestan y han protestado incluso durante su campaña para reelegirse en el cargo de presidente municipal, como los colonos, los comerciantes, prestadores de servicios turísticos y trabajadores del transporte, son los que votaron por ella y por el partido al que pertenece.
En fin. Parece ser que a los acapulqueños les gusta la mala vida, la desgracia y el dolor. Y claro, no sólo los causados por los fenómenos naturales como el huracán Otis que destrozó el Puerto hace ocho meses, sino también los generados por la decisión ciudadana expresada en las urnas, al elegir y ahora reelegir a López Rodríguez en el cargo de presidente municipal, quien también le ha causado mucho daño al Puerto por el mal gobierno realizado hasta ahora, pues mientras los muertos se acumulan a diario, la edil anda enfiestada a más de un mes de la elección del 2 de junio.
Claro. Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen sus habitantes. Eso, indudablemente, es muy cierto. Ahí está Acapulco, quien a pese a todo volvió a votar por quien desde un principio demostró, como alcaldesa, ineptitud e incapacidad para gobernar el mayor y más importante municipio de Guerrero.
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