- Transformar Guerrero ¿olvidando Acapulco?
Por Francisco Javier Flores V.
El voto de confianza que algunos acapulqueños depositaron en las urnas para reelegir a una alcaldesa que evidentemente no cumplió las expectativas puestas en ella cuando se le eligió para el primer periodo, bien pronto se está convirtiendo en arrepentimiento.
Más allá de que quizá en un 90 por ciento los resultados obtenidos el pasado 2 de junio por el partido Morena fueron gracias a la espléndida respuesta de los gobiernos federal y estatal para atender los estragos del huracán Otis y el arrastre que sigue teniendo el aún presidente Andrés Manuel López Obrador, no faltó quien votó por Abelina López Rodríguez pensando que ahora sí le echaría ganas a gobernar Acapulco.
Todavía no rinde protesta para el segundo periodo, pero ya confirmó que los problemas de nuestro querido puerto son lo que menos le importa.
Y es que incluso ella lo dijo bien claro, el día en que acudió a recibir su constancia de mayoría que la acredita como presidenta municipal electa. “Vamos a transformar Guerrero”, expresó, cuando ni siquiera ha podido con la mitad de los problemas que aquejan a Acapulco.
En tres años, servicios básicos tan elementales como el agua potable en los hogares, la recolección de basura, el alumbrado público, bacheo, repavimentación o reencarpetamiento de calles; semaforización, ordenamiento del comercio informal, limpieza de playas y sus accesos no han podido ser resueltos. Vaya, ni siquiera dignificar la costera Miguel Alemán ha podido, ya que a diario amanece con montones de basura en cada esquina, dando un pésimo aspecto.
Ya no digamos temas como la seguridad pública, la educación, salud, diversificación económica, generación de empleo, apoyo al campo, tal parece que quien gobierna el municipio no tiene ni la más remota idea de cómo afrontarlos.
Ah, pero eso sí, ya inició su precampaña con miras a ser candidata a la gubernatura del Estado y no sólo eso, sino con un claro mensaje de que si Morena no se la concede es capaz de aliarse con quien sea, incluso con el peor enemigo del movimiento de la Cuarta Transformación, aunque ese será tema de análisis de un próximo chicotazo.
Lo cierto es que si la presidenta municipal no se ocupa de resolver los problemas de Acapulco, alguien lo tiene que hacer.