Chicotazos

  • AMLO y Guerrero, amor a ojos cerrados

Por Francisco Javier Flores V.

Desde mucho antes que sus adversarios conservadores le endilgaran el sambenito de que representaba un peligro para México, el nombre de Andrés Manuel López Obrador no solamente resonaba, sino que era querido y respetado en Guerrero.

Se le conocía así desde los noventa, con el nombre completo, como López Obrador o simplemente como AMLO, pero siempre como un sinónimo de combatividad, de lucha, de alguien dispuesto en todo momento a defender las causas más nobles y justas del pueblo.

A raíz de su arribo a la presidencia de México, ese respeto y consideración que de siempre se le ha tenido en nuestro estado se convirtió en cariño, en idolatría, reconocimiento e incluso agradecimiento. Y si nos apuramos podría decirse que hasta en amor.

Ya muy poco se menciona su nombre completo, es raro que alguien se refiera a él como López Obrador o como AMLO.

Un nuevo apelativo es el que refleja todo el cariño y respeto que le tienen los guerrerenses, sobre todo a estas alturas del invierno de su vida: Cabecita de Algodón.

Así es que no debe sorprendernos que en Guerrero su gobierno tenga la mayor aceptación, con un 86 por ciento, incluso dos puntos arriba que en su natal Tabasco. Y cómo no habría de ser, si ese cariño y respeto se los ha ganado a pulso.

No hablemos solamente del apoyo extraordinario que dispuso del gobierno federal para atender la contingencia del huracán Otis. Ahí están también los programas sociales, el apoyo a zonas marginadas, al campo; su preocupación por las clases más desprotegidas, el fortalecimiento de sectores productivos que generan empleo e ingresos, las acciones en materia de seguridad con despliegues como nunca antes de las fuerzas federales a nuestro estado y tantas acciones más que sería largo enumerar.

Pero además de eso, sus constantes visitas a territorio guerrerense y el respaldo institucional y hasta fraternal que ha prodigado a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, en quien encontró y ha tenido una estupenda aliada, con un trabajo de coordinación impecable que se ha traducido en mejores resultados, obras y acciones que en tres años son palpables y de un gran impacto para quienes habitan en esta entidad suriana.

Es sin duda en Guerrero donde la frase favorita de Cabecita de Algodón de que “amor con amor se paga” ha tomado carta de naturalización, reflejada en el hecho de que a dos meses y medio de que deje la presidencia de la República, casi 9 de cada 10 guerrerenses aprueben su gestión como mandatario nacional.

En uno de sus recorridos de campaña, el entonces candidato a diputado local por el partido Morena, el acapulqueño Jacko Badillo quedó gratamente sorprendido al escuchar en la comunidad de Dos Arroyos a una señora de la tercera edad con toda la convicción del mundo decir que ella votaría por el partido fundado por López Obrador “hasta con los ojos cerrados”. Así el amor que le tiene al presidente el pueblo de Guerrero.

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