Zona Cero

  • Guerrero, en el juego de poder

Por Roberto Santos

Todos los políticos saben que en la lucha por poder, una vez que a él se accede, a su alrededor se moverán fuerzas contrarias que pugnarán por arrebatártelo o que maniobrarán para que lo pierdan.
Para ello recurrirán a un sinfín de estrategias y, puede resultar o no, pero los intentos siempre van a estar presentes.
Por eso no es raro que haya quienes pidan la desaparición de poderes en Guerrero. Algo entendible, por ser parte de la lógica de la lucha por el poder.
Del poder por el poder, sin reglas, ni valores.
Solo que hasta el momento, el gobierno de Evelyn Salgado Pineda, funciona. No sin problemas, pero está trabajando.
Todos sabemos que el gobierno del estado enfrenta dificultades para atender el problema de inseguridad, pero lo mismo pasa en otros estados.
Claro que no debe ser un consuelo, pues hay que destacar que los estados dependen de las corporaciones federales para poder atender el problema de los grupos criminales que azotan las ciudades y comunidades.
Sin ellos, poco pueden hacer.
Por otro lado, la gobernadora de Guerrero ha cumplido las demandas de los estudiantes de Ayotzinapa.
Desafortunadamente se creó una situación –que debe ser perfectamente aclarada– donde a Yanqui Kothan lo asesinó un policía, algo que no fue planeado desde las estructuras de gobierno.
Las posteriores contradicciones acerca de la situación en la que se generó su muerte y la fuga del policía, entre la Secretaría de Seguridad, la Fiscalía y la Secretaría General, desembocó en la pérdida del empleo de sus titulares.
Fue gracias a la Mañanera del presidente de México, que los estudiantes se enteraron de que el agente no podía ser ubicado, generando así una violenta respuesta en contra de las instalaciones de la FGE.
Esa Fiscalía donde solo se elaboran carpetas de investigación, pero pocas se resuelven.
Sin embargo, no hay que olvidar que gracias al diálogo que la gobernadora ha ofrecido y el compromiso de que no habrá impunidad por la muerte de Yanqui Kothan, es como la tensión ha bajado en los normalistas.
Así que no puede faltar que en un escenario como este, surjan voces que recurran al oportunismo político para tratar de deshacerse de la gobernadora.
Aunque en el estado no se ha perdido la gobernabilidad, ni la gobernanza.
Tampoco se ha perdido la legitimidad que obtuvo en las urnas: un poder emanado de los ciudadanos.
Así que, por lo que se ve, tendremos gobernadora para rato.

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