- Oh, ¿blanca Navidad?
Por: Guadalupe Rodríguez
Justo dos meses antes de esta Navidad, Acapulco murió y renació. Esta natividad no se relaciona con el nacimiento de Jesus ni nada con sentido religioso. Pero muchos empezamos como nunca antes en esa fuerza suprema.
Este renacer de Acapulco fue obligado por la naturaleza. Ya que el azote del huracán Otis después llamado mega ciclón puso en el ojo de todo el mundo al paraiso del pacifico. Dos factores destacaron; la destrucción sin precedentes por el fenómeno natural y la descomposición social evidenciada en los actos de rapiña.
Propios y extraños hablan de la capacidad con que se restablece la “normalidad” o lo que creen normal en el puerto. En colonias y avenidas la gente viene y va, todos con prisa. Algunos ocupados con su reconstrucción otros buscando los “apoyos” y unos más simplemente salen a trabajar. Regresaron también los crímenes, los incendios, un lamentable feminismo y un crimen con tintes políticos.
Hace dos meses todo cambio en Acapulco pero; seguimos siendo los mismos? Es normal el enrarecido clima que se respira? Es normal desconfiar de el de al lado? Es normal Resguardar lo propio por miedo a ser víctima de una extorsión o una rapiña? Es esa la normalidad a la que regresamos?
Esta noche del 24 de diciembre, Cómo crees que pinta la nochebuena y la navidad en Acapulco? Llena de paz? Y amor? Hace dos meses nos dimos cuenta qué amigos, familiares y vecinos podrían ser uno mismo contigo y quién ni hace falta, ni le haces falta.
El huracán cambió nuestras vidas, nos hizo repensar, revivir y también nos llevo al limite de nuestras capacidades en todo sentido.
Esta no es ni cerca una “blanca” navidad. Esta navidad es multicolor. Cosas buenas y malas nos pasan constantemente los últimos días y con una inusual intensidad. Hay que renacer, reeducarnos y reaprender. Sin normalizar nada. Sino mejorando todo.