Médula

  • Introducción a Morena para chapulines y advenedizos Por Jesús Lépez Ochoa

Hay varias cosas que los neomorenistas que aspiran a ser beneficiarios de una “candidatura para el bienestar”, le llamaremos, deben tomar en cuenta. Sobre todo si saltaron desde otras llanuras tricolores directo sobre la joya de la corona.

Ya es Claudia, ¿y ahora qué sigue? Un recorrido por todo el país promoviendo la unidad y la inclusión con un “aquí cabemos todos” ante un Marcelo Ebrard que dice ya no caber y calienta el tema de su salida de Morena.

La circunstancia pone en primer sitio de la agenda de la hoy Coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación la cohesión de los morenistas para que la muy anunciada escisión Marcelista se lleve el menor número de militantes y simpatizantes posibles, lo cual puede ser la verdadera razón de que el segundo lugar en las encuestas, incluso en la que hizo la encuestadora que el mismo Ebrard propuso, extienda el asunto de su salida y anuncie también un recorrido nacional.
En ese escenario, poco ayudan a Claudia Sheinbaum y a Morena las especulaciones sobre los procesos locales, obviamente promovidas por algunos interesados en candidaturas que durante todo el proceso se la pasaron circulando versiones de que si volaba una mosca a la izquierda ellos serían candidatos; y si la mosca se paraba en la nariz de un perro o incluso en su excremento, también serían candidatos.

Toda esta especulación fue muy evidente en recientes días cuando se elucubró que Adán Augusto López sustituiría a Mario Delgado en la dirigencia nacional de Morena, y luego que siempre no, que será el coordinador de la campaña de Claudia. En ambos casos circularon versiones de que fulanito sería entonces el candidato en Acapulco.

Y fulanito presto a meterse en cuanto foto pudo entre Adán y Claudia en un evento nacional.

Hasta aquí, algunos errores que a fulanito seguramente sus asesores le disfrazan de aciertos, y muy probablemente ellos mismos crean que lo son, porque continúan haciendo campaña al estilo priísta, que ya no se usa ni en el PRI.

Primera lección.
Los morenistas desconfían de los externos que se presentan a sí mismos como predestinados a ser llevados al poder. El pasado proceso interno para elegir candidato a gobernador fue un claro ejemplo.

Segunda lección.- El que sale en la foto no necesariamente es el elegido. Si en ese mismo proceso los que presumían su foto con el mismísimo Andrés Manuel López Obrador, no quedaron, ¿a poco tendría mayor peso una foto con Adán que quedó en tercer lugar en las encuestas y en alguna que otra hasta le ganó Gerardo Noroña?

Tercera lección.- Saber dónde están parados. Para eso hay que preguntarse primero. En el hipotético caso de que Adán Augusto pudiera influir, ¿por qué elegiría hacerlo precisamente en Acapulco si tiene casi 2 mil 500 municipios en México con gente que quiere ser presidente municipal? ¿Realmente sería la prioridad de un jefe de campaña cambiar los pesos por los centavos?
En este punto también hay que tener claro que Adán Augusto rehuyó ese tipo de compromisos en su reciente campaña poniendo coordinadores de otros estados. Por ejemplo, a Guerrero envió a alguien de Tabasco, y de nuestro estado mandó a uno de los que quieren la alcaldía de Acapulco a Michoacán y a otro a Morelos, quien por cierto se decía primero coordinador en Guerrero, pero cuando se supo que mentía, optó por autonombrarse representante del ex secretario de Gobernación.

Brincarse las trancas no suma puntos en Morena, donde las líneas de mando son infranqueables.

Cuarta y última lección.- Sin lugar a dudas la más importante y que tiene que ver con las anteriores líneas: No perder la claridad.
Adán podría llegar a ser coordinador o dirigente, pero en los hechos todos sabemos quién será la verdadera cabeza del War Room morenista. Aunado a que quien recibió el bastón de mando es Claudia y no Adán.
Ante la aparición de una candidata carismática en la oposición como la operación en contra de Ebrard ya sea como candidato o parte del mismo Frente o incluso si se quedara en Morena, tanto el que entrega el bastón, como la que lo recibe, y quien le ayude a coordinar, buscarán cohesionar al morenismo duro y esto pasa por el equilibrio de las fuerzas regionales.
Por supuesto que los gobernadores tendrán un peso importantísimo en ello. Si fulanito o menganito tuvieran compromiso con Adán, Noroña o Monreal, ¿pesaría más que el compromiso de Claudia Sheinbaum, o de ya saben quién, con las gobernadoras y gobernadores que la apoyaron?
Nota: El alias de Fulanito es para no revictimizar a quienes ya se han ridiculizado solos. Cualquier parecido con algún pretenso a la alcaldía de Acapulco, es mera coincidencia.

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